martes, 11 de enero de 2022

La desesperante inercia de los problemas en el hipódromo de La Plata y la eterna desgracia de los dirigentes que le tocan

(Gustavo Duprat)


 
Una huelga de jockeys, que piden reparaciones y mayor seguridad en la pista, obligó al hipódromo de La Plata a "suspender" la reunión de hoy, martes 11, "en razón de la negativa de los jockeys", de montar los caballos que tenían comprometidos en la once carreras del programa, según reza un comunicado de la administración


No hubo salvación para la reunión de hoy en el hipódromo de La Plata, que fue suspendida “en razón de la negativa de los jockeys de conducir a los competidores que se les habían asignado”, según reza un comunicado firmado por la Administración General. Ni el anuncio de que la pista principal sería cerrada esta mañana a los ejercicios, para preservarla, por lo que se infería que aparecería mejor a la tarde, torció la decisión de los profesionales.

Se podría responsabilizar a la gestión actual del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, que con el gobernador Axel Kicillof en campaña en 2019 y la ex ministra de Gobierno, Teresa García en reuniones para la tribuna, amagaron con acercarse a los problemas del turf para solucionarlos, sin resultados a la vista. Pero son tantas las jornadas suspendidas/canceladas a lo largo de cuatro décadas desde la primera licitación del hipódromo y el regreso al funcionamiento con el estado inoperante, que la sensación de desamparo extiende sus límites al infinito.

La pista, el valor más grande a cuidar y mantener por la seguridad y por el bien del espectáculo, jamás tuvo solución. Da pavor la falta de respuesta ante tantas protestas y cancelaciones, como si no fueran suficientes para sacudir la desidia. Según trascendió, no fue unánime la posición de los jockeys de no competir y así fue que se registraron discusiones subidas de tono. Incluso, las discusiones subieron de tono cuando supuestos directivos quisieron intervenir en la asamblea de jinetes.

Tal vez ahora se recurra a otro parche y se hagan anuncios estentóreos, pero si no se designan “funcionarios que funcionen”, como dijo la jefa del “espacio” que gobierna, sin eco más que en los medios; si en lugar del reservorio para ñoquis que es el hipódromo de La Plata, un monumento a la ruina, se lo convierte en el escenario respetado, que da trabajo genuino y ofrece espectáculos de primer nivel; si sus trabajadores y directivos no sienten el orgullo de pertenecer sino que sólo van a marcar tarjeta, entonces tampoco habrá salvación en el futuro, no en una sola jornada aislada sino por mucho tiempo, porque siempre ocurre que todo vuelve a la normalidad cuando la polvareda se asienta, pero sin que se mueva un grano de arena de la pista.

Las carreras de caballos, histórico deporte argentino, no merece derrumbarse en un hipódromo que da tantos campeones y profesionales y tiene tantos trabajadores de verdad.
 














1 comentario:

  1. Hace 31 años escribi sobre los hipodromos de Argentina en The Blood Horse, ( Abril 29, 1990) del Hipodromo Argentino de Palermo, administrado por el estado, di mi opinión, " debe ser privatizado, unica solución para su progreso, o desaparecera" hoy viendo su esplendor, pienso en el Hipodromo de La Plata. imprescindible privatizar, o desaparecera...

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