martes, 5 de octubre de 2021

El Gran Premio Selección: "Carta Embrujada es la yegua por vencer", afirma Carly Etchechoury

El entrenador de Far Away Love, invicta y ganadora del Clásico Francisco Beazley, cuenta cómo preparó a su yegua en un lapso corto entre carreras y reconoce a la defensora de La Leyenda como la casi segura favorita el sábado 9 en Palermo





El pleno de Rubio B., incluido su jockey, Brian Enrique, tras la victoria del Beazley (Hapsa) 


El faro para las yeguas de 3 años es el Gran Premio Selección (G 1-2000 m). Se termina aquello que empezó con la Polla de Potrancas (G 1-1600 m) y siguió con el Francisco Beazley (G 1-1800 m). Ya no hay que pensar en “el paso previo de…”, como se suele decir de casi todas las carreras selectivas. En Palermo el broche de oro es el Selección. Después, para el choque intergeneracional habrá que ir a San Isidro, a la Copa de Plata, en un par de meses.

Una de las candidatas que tiene la versión 2021, que se correrá el sábado 9 de octubre, es Far Away Love (Violence). Con menos experiencia que la segura favorita, Carta Embrujada (Storm Embrujado), pero con el fresco antecedente de su victoria en el Beazley, poco después de su estreno en 1200 metros, la yegua de Rubio B. está lista para el desafío de su vida. Lo cuenta Juan Carlos Etchechoury (h), su entrenador.

-Por el final del Beazley, tu yegua es la que mejor llega…

-Pero la de Pellegatta –Carta Embrujada- ganó muy bien la Polla, con un buen remate.

-Más que nada por el tiro…

-Sí, eso es verdad, pero sabemos que Carta Embrujada tiene un entrenador que varea muy bien para la larga. Es la yegua por vencer, la favorita de la carrera.

-¿Hay sobredosis de punteras?

-Far Away Love corrió adelante el Beazley porque no había ninguna que corriera en la punta y porque venía de correr 1200m, pero ahora se trabajó en la tendida, para que también pueda venir relajada si hace falta, tercera o cuarta; es mansa y tiene mucha calidad.

Aunque es un lote breve, de ocho, las gateras están en el codo de Dorrego, muy cerca de la recta opuesta, y la suelta será importante, pero hubo elecciones con diversos criterios en el sorteo. A Etchechoury le tocó elegir en quinto turno y cantó “¡Seis!”, tal vez confirmando que ir en la punta no es vital.




La potranca de Rubio B. hizo su partida final el viernes 1°. “Como viene sin corrida quería una partida de 1200 y no tan cerca de la carrera para tenerla entera. No daba para una pasada porque venía de correr. Trabajé un poco en la tendida y sumó dos trabajos, uno en 800m muy cómoda a los diez días de competir y después esa partida a ocho días del Selección. No quedaba otra cosa. Tomé como corrida el Beazley y quise hacerle 1200 para que llegara ágil

Son  muchos años de entrevistar a Carly, por eso uno pregunta si había estado en la situación de saltar de un debut en la corta a un clásico de 1800 metros. “No, nunca –responde antes de que se termine de formular la consulta, él también nos conoce-; se hizo un poco para ver si nos embarcábamos en el último tren que nos quedaba; no es mi estilo, me gusta ser más conservador. Estoy en una caballeriza que trabaja para correr estos clásicos y además lo hice porque sé que tengo una yegua que me ayuda mucho, tiene mucha clase”.

El entrenador hubiera preferido que el estreno fuese en 1400 o la milla, “pero no había carreras y le pregunté a Ricardo Benedicto propietario) si corríamos en 1200, aunque el riesgo era que la distancia le jugara en contra, pero ella es buena, andaba bien y debutó mejor. Lo que más me gustó fue el rush final, que también lo mostró en 1800. Tiene un pedigree buenísimo, de distancia y el padrillo (Violence) tiene un año extraordinario. Siempre me gustó y lo sentía en deuda con nosotros, pero en 2021 dio muy bien”.

 Far Away Love fue domada tarde, en el último lote de Rubio B. “A veces hay que esperar un poco a algunos animales y hoy ves a la yegua y está lindísima”.

Para Carly, el contrato con Rubio B. significó un cambio grande. Trabaja en Palermo y está en el haras tres veces por semana, donde se hace training, doma y descanso. “La pista y las instalaciones son muy buenas y es muy tranquilo, me gusta el estilo de vida que se le puede dar a los caballos, que en los studs no se puede dar. Después de trabajar puede ir al caminador o al piquete a que tome un poco de sol y verdee; eso para mí no tiene precio”.

¿Se extraña San Isidro? “Sí (se ríe), estuve toda mi vida en San Isidro”. El poste de los 1000 siempre fue de los Etchechoury,  “y de Bianchi, de los Maldotti, estaba Penna cuando empecé a ir a la cancha, a los 12 años, así que imaginate, vi todo. Pero también me gusta acá –en Palermo-; si bien entrené toda mi vida allá, me gusta más competir en Palermo, corrí más mis caballos acá”. Los recuerdos del cuidador fueron más allá, a Turilo y Becho, y a Roberto Moya, todos ilustres cronometristas en las pistas de ensayos del Jockey Club. “Moya tenía una opinión espectacular, pero lo importante es que era buena persona”, recuerda Carly, a horas de otro Grupo 1 desafiante en su trayectoria.













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