El entrenador tiene una puja ideológica con Roberto Pellegatta, el exitoso jefe de equipo, que no es muy afecto a buscar caballos velocistas -aunque cuidó a Oh Toss- y no intervino en las decisiones del profesional de Cañuelas, que eligió a la potranca en el haras El Paraíso
Asoma la cabeza de Senegalesca; en primer plano, Yuto Bataraz Key; más adentro, Queen Liz y Agiosto (azul) |
Todavía el
público no salía de su asombro y de la emoción que generó el final del Gran
Premio Suipacha (G 1-
La yegua de Stud Hs.Yo Bru.Gi, conducida por William Pereyra, se vio
apretada por Queen Liz –con Francisco Gonçalves-, incluso tocando a Santos
Davos (Sebi Halo), que venía junto a los palos. Indómito Roman (Roman Ruler)
llegó a ser puntero y terminó 5° a menos de dos cuerpos. El más aliviado era
Yuto Bataraz Key, que atropelló abierto y perdió porque el marcador quiso ser
una moneda en el aire.
Juan Facundo Saldivia, entrenador de la única hembra que compitió,
consiguió que Roberto Pellegatta, un prócer que encabeza el equipo que integra,
estuviera involucrado en un velocista, por más que se invirtieran lo roles en
este caso. Después de todo, allí está Oh Toss (Egg Toss), un ganador del Gran
Premio Maipú, en la lista de Pellegatta.
“Estoy muy contento –dijo Saldivia-; a lo mejor era medio osado correr este clásico con esta potranca, más que nada respetando a los caballos adultos que venían haciendo una gran campaña, pero ella había ganado muy bien en San Isidro contra los machos la de ganadores de 1 y 2. Le di corrida para ir el viernes a la de potrancas ganadoras de 1 y 2 en Palermo y me había encantado, entonces pensé ¿por qué no correr este Grupo 1? La anoté y si la declaraba forfait los 18 socios que tengo (soy uno de ellos) me mataban. Esperábamos que hiciera una gran carrera. La idea era no hacer papelones y yo sabía que no iba a ser así, pero la sensación de ganar es siempre hermosa, más cuando te toca una carrera durísima”.
-¿Qué porcentaje le adjudicás a William Pereyra
en el triunfo?
- Todo,
desde el momento en que hizo el paseo, cuando le encargué que fuera al tranco, porque
es una yegua de mucho temperamento y se enoja si no la sabés manejar; le pedí además que la
llevara de tiro, con el cabresto largo… William hizo todo a la perfección, la largada
fue espectacular y arriba la potranca le respondió, ganó guapeando.
-¿La elegiste vos?
-Sí, fui al
haras El Paraíso. Siempre voy, le compro, me conocen desde chico, cuando trabajaba
con Francisco Arreguy –entrenador de algunos caballos de los Duggan- en La
Plata. Sebi Halo siempre me gustó y me gusta la velocidad, a Roberto
[Pellegatta] no le gusta la velocidad. Invité a mis amigos de asados, de pesca,
de muchas cosas que compartimos fuera del turf y me siguieron en mi locura y
nos dio esta alegría.
-Y con una yegua que es entrenada completamente
por vos, aunque dentro del equipo de Pellegatta.
-Totalmente.
Los otros son con ayuda, tienen un plus. A Roberto no le gustan las cortas ni
el tipo del caballo velocista, más musculoso, y me fue inculcando un poco al acompañarlo
a los campos y ver el arquetipo de potrillo para el Nacional, el Pellegrini y
obviamente hay que respetarlo. A mí me gustan las dos cosas, quiero tener en la
corta y también los que prefiere él.
-O sea que se metió poco en el entrenamiento…
-Nada (se siente que lo dice casi como si
estuviera despechado, no para colgarse medallas). Y ahora no debe poder creer
que ganamos esta carrera.
Seguro que no, se lo imagina bien Juan Saldivia, que se despidió riendo.
Aunque Pellegatta algo sabía.
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