jueves, 19 de agosto de 2021

Benjamín Correas: cuando la mejor manera de tener bien cuidado un caballo que tuviste, es que lo entrene tu hijo

Tras años de experiencia como asistente de su padre, Ignacio, el profesional desarrolla desde hace unos meses, en un stud de San Isidro, su propio emprendimiento, con 14 ejemplares



Todo Galope

Lilys From Paris es una hija de Lookin at Lucky y What a Lily, por Vindication, que nació en marzo de 2017 y, como tantas yeguas criadas en los Estados Unidos, llegó a la Argentina con el objetivo de sus nuevos propietarios de convertirla en madre. El martes 17 debutó en la arena de San Isidro, con Martín Valle en las riendas, y se clasificó segunda a dos cuerpos y medio de La Gran Inesperada (Treasure Beach) entre perdedoras de 5 y 6 años (para los registros del hemisferio Sur, tiene 5 años desde julio pasado). Nada que llame la atención hasta aquí.

Pero como en cada caballo, hay una historia. Lilys From Paris era entrenada en Lexington, Kentucky, por Ignacio Correas, que además fue su propietario, y aquí es preparada por su hijo, Benjamín, que se radicó en San Isidro hace unos meses, luego de un período como asistente de su padre, en Keeneland. “La trajeron los dueños, Santiago Viale y Alejandro Luza, veterinario de La Nora”, cuenta el Correas que no lleva el nombre de pila de la dinastía –Ignacio es Correas IV en Norteamérica- y que volvió al país para hacer su camino como cuidador.

“El 26 de  septiembre de 2020 corrió por última vez, en Arlington. La cuidaba papá y era de él; la compró porque es muy linda, como verás, y tiene un par de segundos y un par de terceros allá, pero ya bajando a los claimings”. Viale y Luza, de visita en Lexington, donde Nacho entrena a Joy Epifora, la clásica defensora de La Nora, querían comprar una yegua. “Fueron para las ventas de Keeneland, papá les dijo que no gastaran plata, que él les regalaba una, y la trajeron. La única condición era que se hicieran cargo del traslado”, se ríe Benjamín al recordarlo.




-¿Y que te la dieran a vos no fue otra condición? (la pregunta cae de madura).

-No, no era una condición. Además la trajeron para madre, pero si puede ganar una carrera el papel sería más atractivo. Estoy muy agradecido de que me la hayan dado, con libertad para correrla cuando quiera. Quedaron contentos.

En la Veterinaria del hipódromo de San Isidro, Benjamín revisa las patas de Lilys From París después del estreno argentino, para ver una grieta. Nada mejor para la zaina que en su nuevo destino la atiendan una voz que le suene y manos conocidas.

-¿Es una lesión común?

-A veces, y en esta yegua, que es muy particular… no le gusta la gatera, no le gusta que le peguen, no le gusta que la molesten con las orejas. Hoy estuvo muy bien en las gateras, 10 puntos, estoy chocho porque estuvo el viaje largo de por medio, la adaptación. En Estados Unidos no levantaba las manos en la tierra y acá no había carreras de su categoría en el césped, así que más que nada queríamos ver cómo respondía en la arena.

La defensora de los colores de Santa Rita, de Villaguay, vino de atrás y descontó mucho en la recta final, tanto como pudo. Aun así quedó segunda, un puesto impensado cuando dejaba el codo. “Ella corre así, lejos; cuando la querés apurar te mocha las orejas y no va a ningún lado y si la querés meter entre caballos tampoco avanza, es muy particular la yegua. Creo que se sacó de encima el debut y quedó en puerta. Si puede correr en 1800 mejor, si no, otra vez la milla y tal vez traerla un poquito más cerca. Siempre cierra fuerte, se acuerda tarde de correr. Si ves los parciales en Estados Unidos ella es siempre la que corre más fuerte, lo que pasa que no hay rectas largas como acá”.


EL VALOR DE TETAZE



Al día siguiente, también en la arena de San Isidro, volvió a correr Bond to Me (Equal Stripes), una yegua de la que Benjamín difícilmente se olvide porque le dio su primera victoria aquí, hace un mes. Ahora la golpearon un poco en la salida y luego sintió el cambio de categoría; finalizó octava. “Tengo 14 caballos ahora y tres boxes vacíos”, revela sobre la conformación de su flamante stud. “Mi capataz es Nicolás de León, joven, trabajó con Bebe Frenkel, pero estaba libre ahora. No me gusta andar trayendo gente que ya tiene trabajo. Armé un muy buen equipo”. Termina y sale rápido a observar cómo quedó Lilys From Paris, para calcular cuándo será la próxima.









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