En los handicaps que honraron en Palermo a un gran caballo argentino y a un inglés para la historia del sangre pura de carreras, ganaron Don Desatino y Force Majeure
Don Desatino(Hapsa)
Cuando un grande del turf argentino recibe su homenaje en el hipódromo
de sus mejores carreras y le da su nombre a una de las dos pruebas centrales de
una reunión, suena a justicia, a premio merecido. Por eso se le puede perdonar
a Palermo el hecho de que se haya elegido una competencia sobre 1400 metros, que
denomina Handicap Fatly, para honrar a un inmenso ganador de Grupo 1 en su
pista, que sumó el Nacional, GP de Honor, General Belgrano y Chacabuco, y
los Clásicos Otoño y Vicente L. Casares. Eso sí, en el haras, Fatly dio a Fair Card (en Carañuela, por Lefty),
fenomenal millero ganador del GP Gral. San Martin (G 1), y de los clásicos
Perú (G 2-1800 m) y América (G 2-1600 m).
En tanto, con el Handicap Hyperion
(1000 m),
que le rinde tributo a uno de los padrillos ingleses más grandes de la
historia, además de haber ganado el Epsom Derby y el St Leger en las pistas
para su propietario y criador, Lord Derby, al menos se evoca su morfología de caballo
petiso (un poco más de un metro y medio, 1.51 hands) pero musculoso y fuerte como un velocista, y sus
comienzos en pruebas de hasta 1200 metros.
En el Handicap Fatly, se impuso
Don Desatino (Mount Nelson), que volvió a la distancia que mejor le cae, si se
tiene en cuenta que de sus 8 victorias sólo una fue en la milla y el resto
entre 1200 metros
y 1400. Por tres cuerpos aventajó a Guapo Malevo (Endorsement) en 1m23s61/100
en el disco, después de que Lautaro Balmaceda, su jockey, pudiera salir de un
encierro –y eso que venía a media cancha-, que le demoró la atropellada.
Más tarde, el Handicap Hyperion, para yeguas, entregó
un gran final, en el que Force Majeure (Manipulator) se impuso a Urban Lady
(Strategic Prince) y La Hilary (Grand Reward) por hocico y pescuezo. No ganaba
en ninguna parte la defensora de Dos Estrellas, pero le alcanzó el último centímetro
de este kilómetro para rehacerse de una suelta no muy favorable y de correr
siempre por dentro tras largar 1, la línea que todos los jinetes quieren dejar
apenas se abren las gateras para abrirse hacia la verja. Fue la 7ª victoria en
trece actuaciones de la pupila de Ángel Bonetto, que fue dirigida por William
Pereyra.
TETAZE, UN PADRILLO CAMPEÓN
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