martes, 31 de mayo de 2022

Con el recuperado Rodrigo Bascuñan y la sabia mano de Lalo Tadei, Hold The Door confirmó que está su mejor momento

 

El defensor del stud Anaxor, los colores de Zuran Zuran, alcanzó su sexta victoria, la tercera en las cuatro últimas actuaciones, en el Handicap British Empire, en Palermo  


Rodrigo Bascuñan nunca dejó los palos en el triunfo de Hold The Door en Palermo (Gza. Hapsa)


El Handicap British Empire (1400 m) trajo buenas noticias para el ganador, Hold The Door (Sidney’s Candy), desde ya, y para Rodrigo Bascuñan, el jockey aprendiz que está volviendo tras sufrir una fractura de clavícula. Con los colores de Zuran Zuran (Remote), los del stud Anaxor, se impuso por un cuerpo a Valiente Spring (Greenspring) con un jinete que no le hizo perder un metro, siempre junto a los palos y con la exigencia justa desde el látigo. Rodrigo demostró que está en forma.

Eduardo Tadei es el entrenador de este caballo de 5 años. Charlando antes de la carrera, comentaba cuánto lamenta que Zuran Zuran (Remote) estuviera aún hoy arrendado por propietarios de Arabia que querían competir en la serie de la Saudi Cup, por la fallida actuación y porque ya no lo tiene en su stud de Palermo. 

Después del handicap, el tema era Hold The Door. “Lo elegí, lo traje del haras, pero al final no lo compraron y nos quedamos nosotros con él. Salió un caballo bárbaro, era chiquito en ese momento. El dueño se lo llevó a Neuquén, donde tiene su caballeriza y doma. Lo esperó para que madurara y lo trajimos. Empezó a ganar enseguida y ahora suma seis”, recuerda el cuidador. A fines de 2019, el alazán había debutado en Palermo, en el Especial Provincias Unidas (6°) y desde allí quedó radicado en un box de Tadei.




Sigue el entrenador: “Es un caballo macanudo, y está pasando por un momento bárbaro, me gusta mucho el pedigree, el físico, la madre –Rosa Dormida, por Bernstein- y es un lindo tipo de caballo. Tiene un físico muy deportivo, atlético, muy lindo. Nos ha dado un montón de satisfacciones. Incluso hemos intentado en más distancia, quedó cerca en 2000 metros, en una carrera brava. Tuvo algunos problemas de salud, lo bajamos de nuevo y ganó. Él puede ganar en la milla, los 1800 y 2000 también”.

Está claro que superó esos problemas físicos, por lo que Tadei tampoco descarta que Hold The Door suba a algún clásico: “Antes de la largada pensaba que está en camino para una carrera más importante”, y sobre Rodrigo Bascuñan opinó: “Lo interpretó bien, vino pegado a la baranda, no dio ventaja, no se salió para ningún lado. Ya había ganado con él en Palermo y cuando lo llevé en la última a La Plata no pudo correrlo; entró 3° con Gonzalo Borda, que cuando se bajó se me lamentó porque para él ganaba, pero no pudo pasar. “Me quedé con todo el caballo”, le había dicho el aprendiz a Lalo.

Criado en el haras Rancho Grande, Hold The Door se mostró listo para dar un salto.






lunes, 30 de mayo de 2022

Lester Piggott en Buenos Aires: aquella charla sobre estilos, su mejor carrera y la cárcel que le quitó el título de la Reina Isabel II



Con Sir Ivor, ganador del Epsom Derby de 1968 (Gza. Archivo La Nación)



El jockey inglés, fallecido a los 86 años el domingo 29, estuvo tres veces en la Argentina para competir en San Isidro y Palermo, donde mostró su manera europea de dirigir al montado; en 1993, cuando ya había vuelto de su retiro obligado, tocó en una nota temas un poco más alejados de sus récords en las pistas    



Estuvo en la Argentina. Tres veces. Un privilegio que el turf de este país podía tener en el siglo pasado, producto del prestigio de sus caballos, sus criadores, sus carreras y sus hipódromos, y que ahora se da más esporádicamente, pero por obra y gracia de la informática, de Internet y luego de las redes, está más a mano. Las personalidades brillantes se aprecian en mil formas y los videos de las carreras están al alcance de un tipear de teclas.

En una charla para La Nación, en 1993, Lester Piggott habló mucho de sí mismo, de su forma de estribar y de su forma de ser. Sobre lo segundo no le importaba mucho lo que pensaran los demás, sobre todo la prensa británica. Y sobre lo primero no resaltó sus nueve victorias en el Derby de Epsom, ni que entre ellas estuvieron las de Sir Ivor (Sir Gaylord), el primer potrillo comprado en remate en los Estados Unidos en ganarlo, o la de Nijinsky (Northern Dancer), el último héroe de la Triple Corona británica, una marca que no se repite desde 1970. Un caballo que el entrenador Vincent O’Brien compró en Keeneland como yearling, tras el éxito de Sir Ivor en las islas, justamente.

Entre las cuestiones que tocó aquella vez en el lobby de un hotel de Buenos Aires –brevemente, como para confirmar el caso-, sí estuvo su condena por fraude con impuestos, que pagó con un año de prisión en 1988, y hasta la carta de la Reina Isabel que exhibía en su escritorio, en la que la monarca le explicaba que tenía que retirarle la Orden de Caballero de la Corona por su delito. Piggott había sido jockey de la Casa Real por doce años. 

También mencionó como su mejor carrera una común, en Pietermaritzburg, Sudáfrica, durante un torneo de jinetes de 1975. Su caballo, un tal The Mulster, quedó último en la suelta porque su puerta demoró en abrirse y ganó de atropellada. “Fue increíble”, dijo en uno de los pocos rasgos de extroversión que se dieron en la conversación. Y aclaró que "no sabía" si existía un estilo Piggott, que eso era una exigencia de su físico, a lo sumo. 

En aquel 1993, Piggott corrió el Joaquín de Anchorena (G 1) con Calouro (Lookinforthebigone),  que fue  segundo de Cleante (Kleiglight), dirigido por otro fenómeno, el peruano Jacinto Herrera, en un final espectacular, y ganó una condicional con la yegua Fabularia (Forever Sparkle), que entrenaba Juan Udaondo. Y volvió al año siguiente, cuando otra vez fue la monta de Calouro, que finalizó no placé en el Anchorena, en su tercera visita, tras la primera en los 70, para un torneo de jockeys.

Lester Piggott será más memoria que nunca desde la madrugada del domingo, el día en que falleció, a los 86 años. La postura del estribar largo, por su estatura desmesurada para un jockey, y los brazos haciendo juego, despegados del cuerpo como aspas, se habían dejado de ver en un hipódromo hace treinta años y después de más de cuarenta de vigencia. En las mejores páginas de la historia del turf  ya constaban todas sus hazañas.












domingo, 29 de mayo de 2022

La Providencia confió en la mano de Juan Noriega para guiar a Scarpetta, que enderezó su camino y ganó el Clásico Partícula

 

El entrenador Pedro Nickel recurrió al cordobés en reemplazo de Luis Vai, el jockey que tiene  contratado la caballeriza brasileña, para que dominara el temperamento de la hija de Super Saver, cuyo desempeño, además del triunfo, demuestra lo acertado de la decisión




La campaña de Scarpetta (Super Saver) dio un vuelco en el Clásico Partícula (G 2-2200 m), en el que se impuso por tres cuerpos y medio a Henestrosa (Treasure Beach). Un triunfo especial, no solo por ser el primero en el plano clásico, sino porque la montó Juan Carlos Noriega, en reemplazo de Luis Vai, el jockey que el stud La Providencia tiene contratado. [En cuanto a Henestrosa, su excelente segundo puesto da la impresión de que no cambiará el destino que en breve tiene en el haras Pozo de Luna].

El resultado se explica por la actuación misma de esta yegua de 3 años que había debutado con victoria en el Especial Juan P. Artigas (1600 m) del año pasado, pero que luego no refrendó tan auspicioso comienzo en el alto nivel: fue 10ª en su estreno en el pasto, en la Copa de Plata (G 1) y luego cosechó sendos 5os puestos en el Clásico Arturo R. y Arturo Bullrich (G 2) y el Gran Premio Criadores (G 1), de regreso en la arena de Palermo.

Lo otro, el cambio de jinete, tiene una razón técnica: el genio de Scarpetta necesita una monta con la experiencia y el dominio que puede darle Noriega, una conclusión que vuelve acertada la decisión del entrenador Pedro Nickel, a la luz del resultado del sábado y que no afecta la relación con Vai, que en la siguiente carrera del programa dirigió a un compañero de techo de Scarpetta, Roberts Hit (Hit It A Bomb).

Scarpetta salió a correr expectante, pero más cerca de la punta que en las anteriores presentaciones, tercera de Che Silvina (Greenspring), y entró en la recta buscando el liderazgo cuando Noriega la soltó, para dominar a 300 metros del final. “Ganó muy bien”, opinó el jockey. “Me llamó el cuidador y me la ofreció. La monté el martes, había andado espectacular. Yo la conocía de haber corrido en contra el Criadores y el Bullrich con Summer Rae (Equal Stripes), la yegua de La Leyenda, pero el lunes ya había visto los videos”.



En la recta, cuando pasaba al frente, Scarpetta hizo un movimiento como queriendo buscar los palos. “Es medio mañera y cuando la enriendé bien y cambié la fusta a la zurda se corrigió. Es muy galopadora, llega bien a la distancia”. Uno intuye –no hace falta ser muy lúcido- que el cordobés volverá a montarla en la próxima carrera. “Si me la dieron ahora ¿por qué no me la van a dar de nuevo?”, afirma y pregunta a la vez  Juan, serio, mucho más de lo que lo estuvo en la premiación, donde le robó la gorra de vestir a Altair Domingos, que recibió una de las distinciones, un gesto divertido con su marca. El brasileño fue jockey de La Providencia hasta que las secuelas de un accidente, en un ojo, le impidieron seguir corriendo.   

A los 48 años, Juan Carlos Noriega reflexiona: “Estoy de 10, tranquilo, disfrutando de la profesión, sin tanto apuro; trabajo sin manager, no llamo a nadie por montas. Estamos bien así. Corro los caballos de compromiso y no le niego a nadie. Por ahí no le corro tanto a [Juan Carlos] Maldotti, pero porque no me dan los tiempos. Trabajo casi toda la semana en Palermo, los martes voy a San Isidro por los caballos de Abolengo, pero siempre alguno más sale”.

Más metido en la piel de Chupino, Noriega quiere contar que cumple años Germán Noriega y pide que se lo mencione. “Es el más chico de mis hermanos, no tiene que ver con las carreras, vive en Río Primero, está casado y tiene tres hijas, pero además cuida a mi mamá, que no está bien de salud. Es el mejor Noriega”. Es imposible negárselo al jockey que terminó la tarde de San Isidro en un triplete. Y en el remate, recomienda: “No lo pongas de título, van a pensar que es una nota de hace 20 años”.












sábado, 28 de mayo de 2022

Toda una historia la de Malibu Spring, el típico caballo de clase capaz de ganar un clásico a pesar de sus sufridos medios

 

En el centro, Marcelo Sueldo y su familia, flanqueados por Rodrigo Blanco y Tomás Kehoe (Foto Hip. de La Plata)



El defensor del stud El Irlandés padece una lesión importante, que le impidió competir con  frecuencia, y ahora, en su quinta actuación y primera en La Plata, se impuso en el Clásico 25 de Mayo de 1810, un triunfo que alegró a sus allegados y al equipo de trabajo que encabeza Marcelo Sueldo 

   

 

Las historias de resiliencia en la vida de los caballos de carrera son más o menos como las de la vida humana, y tiene muchas el turf en su protagonista principal. Algunas explican celebraciones como las de Rodrigo Blanco, el jockey que llevó al disco a Malibu Spring (Greenspring), 1° en el Clásico 25 de Mayo de 1810 (G 2-1600 m). O sonrisas como las del entrenador Marcelo Sueldo y su familia, que viajó a La Plata para estar en un momento tan especial. Y la de Tomás Kehoe Wilson, criador en su haras Vikeda y propietario del alazán. Una mezcla de satisfacción y alegría se respiraba allí.

Es sabido que la relación afectiva entre el jinete cordobés y el cuidador es tan fuerte que, cuando a Rodrigo le ofrecieron contrato en una caballeriza enorme como Firmamento, hizo constar que ante determinadas circunstancias, su prioridad era montar para Sueldo. Pero el viernes en el Bosque había algo más en ese puño apretado del piloto. Había entre ellos un caballo que a los 4 años ganaba su primer clásico en su quinta actuación, cuando esa conquista sonaba a fábula para ellos.  

Después de la victoria de Malibu Spring por cinco cuerpos, en su estreno platense, Marcelo Sueldo contó: “Su problema es en la entrecuerda y el sesamoide en una mano. Lo tratamos con cáusticos, no es nada sencillo mantenerlo y le ponemos hielo todas las mañanas. Son casos complicados”. Y sí, son esas lesiones que en muchos casos terminan con una campaña en las pistas. “Se descubrió la fisura en una mano y la lesión en la entrecuerda, donde se une al sesamoideo. Tiene los nudos más gruesos, más cargados, con menos movimiento”, agrega el cuidador. Pero Malibu Spring se dispuso a pelearla y los que trabajan en su stud también.


 


 “Era candidato a correr la Polla de La Plata y apareció la lesión, después se resintió y lo volví a parar. Está entre algodones, es un muy buen caballo, de mucho poder locomotivo”. Ese lapso entre recuperaciones y competencias lo tuvo en el box diez meses después del debut con triunfo en Palermo, en 2020, hasta el regreso con un no placé en la misma pista, en 2021. Otra vez fue parado por nueve meses y luego su mejor etapa: triunfo por cuatro cuerpos en la arena de San Isidro en abril pasado y, menos de un mes después, otra victoria, por seis cuerpos en 1400 m. Las anteriores fueron en 1200 m.

“Pesa entre 500 kg y 540 y si bien se fue poniendo con las carreras y con trabajos suavecitos, había echado 58 y chirolitas en la partida”. Después de escucharlo, uno piensa que es el típico caso del caballo de calidad que vive la velocidad al tope. “El caballo bueno puede tener un dolorcito y no se cuida, va para adelante igual, empuja siempre”, confirma Sueldo

-Hay que aprovechar cuando está bien…

-Lo llevé a La Plata porque es la carrera que tenía más próxima; la idea era agregarle metros en carrera. Fue de 1000 y 1200 m a 1400. Ahora que ya corrió la milla le vamos a buscar otro clásico.

Hay otro dato que abona el optimismo del entrenador: “Me dijo Rodrigo que terminó bastante bien y esta vez corrió sin buta (como se conoce al analgésico fenilbutazona). Ojalá tenga chance de correr un Grupo 1”. Entonces, el pesaje y la premiación, donde Benjamín e Ismael, los hijos de Sueldo recibieron la copa, volverán a ser a pura sonrisa.















viernes, 27 de mayo de 2022

Los especiales para debutantes en Palermo tuvieron el sello de Firmamento, una usina que tiene el éxito como un aliado natural

 

El equipo de Firmamento, con Dany, Bordón y Kalath Champ con Martín Valle (Foto: Hapsa)

La potranca Kalath Hit, que pertenece a una de las familias maternas emblemáticas del haras de Sierra de los Padres y compitió con sus colores, ganó el Especial Juan P. Artigas, y el potrillo Super Mind, en el Julio F. Penna, le hizo honor a dos cabañas históricas 


Los especiales que Palermo le dedica a los productos debutantes tuvieron el sello del haras Firmamento. En el Julio F. Penna (1600 m), Super Mind (Super Saver) venció de punta a punta y se hizo fuerte en la milla de arena pesada, y en el Juan P. Artigas (1600 m), Kalath Hit (Hit It A Bomb) tuvo que luchar toda la recta con Super Shine (Super Saver), a la que doblegó en los últimos 100 metros. Los dos ganaron por un cuerpo y medio. Los dos nacieron en los campos de Sierra de los Padres. Y algo más: en el Artigas fue 1-2 de la cabaña que dirigi Coco Valle.

Cuando Firmamento incorporó como padrillo a Super Saver (Maria’s Mon), ganador del Kentucky Derby (G 1) de 2010, marcó un hito que tenía antecedentes en la Argentina, pero que nunca dejará de ser un acontecimiento: traer ganadores de la Triple Corona de los Estados Unidos. A su segunda generación aquí pertenece Super Mind, lo cual vuelve a trazar un paralelo con Kalath Hit, que integra la segunda camada de Hit It A Bomb (War Front), dueño de la Breeders’ Cup Juvenile Turf (G 1). Super Saver, que llegaba aquí por el sistema de shuttle, dejó dos generaciones tras ser exportado por su propietario, WinStar Farm, a Turquía.



Super Mind fue dirigido por William Pereyra, compite con los colores del stud De Galera y su familia materna remite a Ojo de Agua y La Biznaga a través de Nevermind Inc (Include), con lo que no es difícil pensar en su inserción en los clásicos del segundo semestre. El final con ritmo sostenido también abona esa idea.

Kalath Hit llevó la chaquetilla de Firmamento y es hija de la ilustre Yegua del Año y Campeona 3 Años Kalath Wells (Poliglote). La ausencia de Rodrigo Blanco obligó al cambio de jockey y Martín Valle se destacó al conducir a la tordilla abierta desde el vamos, sin dudas evitándole contratiempos, para llegar también con un remate que le valió superar a la aguerrida Super Shine y dejando la sensación de que las distancias más largas no serán problema.

  Padrillos y madres de excelencia no pueden más que generar triunfos, en una usina que Firmamento alimenta desde hace décadas. 




 





jueves, 26 de mayo de 2022

Daniel Mautone: la satisfacción de conquistar el Gran Criterium con Star Galán, un potrillo propio desde el origen

 

Un triunfo más amplio que lo que sugería el desarrollo (Gentileza Hipódromo de San Isidro)


El defensor de Egalité de 9 vino último hasta la recta final, en la milla de césped pesado de San Isidro, y tuvo tiempo y espacio para imponerse por dos cuerpos; su propietario lo crió con un padrillo y una madre que en las pistas habían competido con los mismos colores 


La cancha de césped pesado de San Isidro no estaba apta para fórmulas rígidas, el miércoles 25 de mayo. Lo demostró la gran reunión donde tanto ganaron punteros como atropelladores imparables. Tenaces caballos como la potranca Tan Gritona y potrillos centellantes como Star Galán (Galán de Cine). Este defensor de Egalité de 9 venía último al entrar en la recta del Gran Premio Gran Criterium (G 1-1600 m) y William Pereyra no necesitó abrirlo mucho cuando decidió iniciar su carga con el puntero El Estelar (Il Campione) lejos, a casi diez cuerpos.

Pero tenía tiempo y espacio Star Galán. Y potencia para dominar a Natan (Señor Candy), que había pasado al frente en los 400, para quedarse con el primer puesto por dos cuerpos, mientras que 3° finalizó El Estelar, a tres largos.



Star Galán venía de salir de perdedor en esta misma pista, sobre 1400 m, en su segunda actuación, tras el debut en la arena de Palermo, en ambas corriendo en el fondo del lote hasta la recta. A eso se refirió durante la premiación Daniel Mautone, criador y propietario del ganador, que estaba maravillado. “Fue increíble. Ganó parecido a la carrera anterior, pero esta vez con mucha más fuerza. Atropelló de una manera que me dejó sorprendido (se ríe), no lo podía gritar”.

-Aquella fue la carrera que animó a correr ahora el Gran Criterium.

-Sí, apenas ganó esa condicional, los entrenadores, Juan Saldivia y Roberto Pellegatta,  pensaron en esta carrera y me dijeron que íbamos a tener mucha chance. No se equivocaron. Y el jockey fue una maravilla.

Mautone no cabía en sí del orgullo por conquistar semejante Grupo 1 con un producto que es propio enteramente y tan bien dirigido. “Lo criamos nosotros. Galán de Cine era nuestro y la madre –Geneatica- también. Así que padre, madre y potrillo son míos. Ahora sumé a Tetaze y Sandino Ruler, que ya tiene 7 años y no quiero que se me vaya a romper si sigue corriendo. A Galán de Cine lo tengo en el haras El Paraíso”, explica quien supo ganar el Gran Premio Nacional de 2003, con Mr Alleva (Numerous).

Daniel Mautone cuenta que tiene un haras en General Madariaga, pero a sus nuevos padrillos también los tiene en los campos de terceros, en este caso la cría la hace en La Mission Robles. Como para cubrir el paño con las fichas bien ubicadas.









Se amontonan las virtudes de Tan Gritona: en el Gran Premio de Potrancas se vistió de puntera y no patinó sobre césped pesado


Tan Gritona, Lindaflor La Violeta y Rihallah, una espectacular definición


La defensora de Gran Muñeca corrió por primera vez en el pasto y fue líder de un desarrollo vertiginoso, desaconsejado en las condiciones del 25 de mayo, y superó a dos enormes rivales, Señora Colega y Rihallah, por cabeza y media cabeza, en una final sensacional

 

La helada tarde de San Isidro entró en un calor impensado a puro grito, cuando el público se encendió para alentar a las tres potrancas que en el césped pesado definieron el primero de los clásicos de Grupo 1 del 25 de mayo. Había que darle fuerzas extra a Tan Gritona (Full Mast), a Lindaflor La Violeta (Most Improved) y a Rihallah (Cityscape). La puntera, su perseguidora desde el vamos y la atropelladora furiosa.

Si las dos primeras ya estaban dando una lucha emocionante e impredecible, qué decir cuando se sumó Rihallah con su atropellada (ojo con ella en la próxima y en más distancia). Tan Gritona fue superada por un trecho breve por Lindaflor La Violeta y volvió para ganar por la cabeza, con Brian Enrique estirándose a fondo como una goma en la montura, y Rihallah cruzó segunda a media cabeza. Una trifecta bien compacta.

Hernán Gasibe, manager del stud y haras Gran Muñeca, comentó, con la llovizna aún cayendo: “Cuando empezó a llover parecía que cambiaba la cosa, pero la yegua nos gustaba en fija con pista normal y el barro es una incógnita para todos. Tenía fe en que la yegua iba a superar todo porque es buena de verdad”.

-¿Hubo un cambio de táctica?, porque vino en la punta.

-Nos pareció que podía hacerlo porque había debutado en 1000 metros y en el Atucha vino tranquila atrás. Ahora corría la milla, en el pasto, lo que no queríamos era que tironeara y sí que viniera relajada donde fuera. Se hizo un tren un poco más ligero de lo que pensábamos y demostró lo buena que es porque después de bajar 24s [los 800] y seguir en 46 y pico, el hecho de llegar y ganar es muy bueno.

-Fue muy guapa y el jockey...

-Muy guapa y Brian, impecable, ni hablar. Cuando te pasan estas cosas, ganar en el barro en la milla como ganó, es que se te da todo. En un momento pensé que no llegaba, pero sacó lo que tienen los caballos buenos y los jockeys buenos, en el último pedazo se hizo fuerte.

 

 

José Luis Correa y la decisión de Brian Enrique

 

Además de la calidad indiscutible de la yegua que entrena, para el entrenador Correa Cunha la victoria del gran premio tuvo un factor decisivo: “Hablamos con Brian antes de la carrera. En la anterior La Clota mandó un poco para adentro a Tan Gritona y fue bueno porque por primera vez corría la distancia (los 1500 m del Atucha); en el codo ya venía mejor que las otras; después fue por dentro y ganó una linda carrera, guapeando. Acá la pista estaba complicada, más largando desde la gatera 1, y la favorita (Dona Morebi) largaba por afuera, entonces le dijimos a Brian que fuera a la punta sin problemas; si se acomodaba segunda o tercera mejor, pero si no que corriera adelante, que no la tuviera. Salieron muy fuerte y peleó en una carrera espectacular. En los 50 metros cambió de mano y mostró garra. Quiero volver a verla para sufrir de nuevo (se ríe)”.

Tan Gritona, que ahora está invicta en tres actuaciones, incluyendo dos de Grupo 1, lleno otro casillero en la lista de sus virtudes. “La pista estuvo muy complicada. En la seca iba a ser otra carrera, favorable a nosotros o no –observa Corre-, y Brian estuvo espectacular a la hora de decidir en el desarrollo, porque pasó de lado el látigo, pegó de zurda, y ahí la yegua cambió el paso. La corrió con mucha confianza. Y como largador no hay un jockey mejor”.

Otra vez, Tan Gritona se expresó como sabe, corriendo, ahora en la pista de césped pesado. Los gritos vinieron de afuera.








martes, 24 de mayo de 2022

Nicolás Martín Ferro ruega que la lluvia se demore y no desvirtúe la sensacional jornada del Gran Premio 25 de Mayo

 

Huapango Torero buscará resignificar su campaña en el 25 de Mayo


El entrenador confía en Huapango Torero en los 2400 m y Karalis en el Gran Criterium, pero espera que el tiempo que se pronostica para mañana postergue unas horas las lluvias más intensas, y anunció que It's Never Too Late no correrá el Gran Premio de Potrancas


La jornada del miércoles en el hipódromo de San Isidro es la de las oportunidades. La categoría de los fondistas está en proceso de oxigenación, entre caballos de 3 años que empiezan a consolidarse y mayores que buscan su lugar, y los dos clásicos para potrillos y potrancas no tienen una figura que monopolice la atención. En el Gran Premio 25 de Mayo (G 1-2400 m), Nicolás Martín Ferro está en esa tendencia con Huapango Torero (Suggestive Boy), que debe enderezar su temporada 2022 tras algunos altibajos.

“Viene de correr mal el Clásico Porteño”, cuenta el entrenador y con eso revela un dato que lo preocupa ahora: el estado de la pista. “Huapango Torero había ganado bien en el pasto de Palermo (una condicional de 2200 m), reprisando, y lo presenté en el Clásico Otoño, en la arena, pero no corrió de acuerdo con lo que andaba (fue 3° a siete cuerpos de Quito Key). Volvimos al césped para el Clásico Porteño y le tocó una pista entre húmeda y pesada, que al caballo no le gusta, así que espero que ahora nos dé una mano el clima”.

Con apenas seis actuaciones, pero cuatro clásicos ya en su currículum, el defensor de Pozo de Luna dejó sentado qué pista le viene bien. Por eso el ruego de Nicolás: “Se pronosticaban lluvias de 20 mm y ahora parece que será más adelante. Ojalá llueva poquito y aguante una linda cancha, que me parece que es lo que todos queremos. Estos clásicos y en estos días es importante correrlos en buenas pistas. Que sea nublado pero sin lluvia”.




En el Gran Criterium (G 1-1600 m), Martín Ferro espera vivir un déjà vu con Karalis (Equal Stripes). “Vamos a tratar de repetir lo del año pasado, cuando perdimos el Zubiaurre con Shy Friend, que entró segundo, y luego ganó el Criterium. Vamos por la misma hazaña y con el mismo padrillo, Equal Stripes”, afirma con una sonrisa. “El potrillo siguió espectacular; había debutado muy bien en césped húmedo corriendo de menor a mayor y creo que con un poquito de suerte en el desarrollo pudo haber ganado”.

Tiene claro el panorama Nico, incluso ante la incertidumbre del obligado cambio de jockey por la convalecencia de Francisco Gonçalves. “Al no quedar ratificado el potrillo de Carlos Cardón [Lawson, ganador del Chevalier] se hizo una carrera abierta, vamos con toda la expectativa porque tiene chance. Lo va a montar Wilson Moreyra, que tendrá total libertad. Lo trabajó en las dos últimas partidas y le encantó, así que se va a mover donde se sienta cómodo”.

Lo único negativo para el cuidador en la previa de la espectacular jornada de San Isidro estará en el Gran Premio de Potrancas (G 1-1600 m), donde la potranca It’s Never Too Late (Long Island Sound) no va a correr. “El viernes trabajó en una partida, volvió medio incómoda en una pata, así que está en estudio y nos quedamos afuera. Es una yegua que tiene para más distancia y es una pena porque nos había gustado la forma en que ganó en Palermo. Esperemos que sea leve y podamos pensar en la próxima”, se lamentó.









lunes, 23 de mayo de 2022

Esta vez sin sorpresas, lo único que faltó en el resultado del Preakness fue que el favorito de todos respondiera a las contingencias

 

José Ortiz, en la silla de Early Voting, fue a buscar la carrera desde el vamos y acertó (@PreaknessStakes)

Hubo muchos aciertos en las decisiones: de los responsables del ganador, Early Voting, que decidieron saltear el Kentucky Derby; de D. Waynes Lukas, que incluyó a la yegua Secret Oath, y de los dueños de Creative Minister, que pagaron un fee para anotarlo; con Epicenter, en cambio, fallaron los cálculos


 

 Todos tuvieron razón, en el 147° Preakness Stakes (G 1-1900 m), la segunda etapa de la Triple Corona de los Estados Unidos. Primero, los dueños de Klaravich Stables, que saltearon el paso por el Kentucky Derby (G 2000 m) y su caballo, Early Voting (Gun Runner) llegó fresco a la carrera de Pimlico, separada de la primera gema por 14 días. Su caballo había ganado el Withers Stakes (G 3) y luego había sido segundo al pescuezo en el Wood Memorial (G 2), ambas en los 1800 metros de Aqueduct, a menos de 30 días de la carrera de Churchill Downs. Early Voting fue el ganador.

Luego, estaba D. Wayne Lukas, el entrenador de leyenda que presentaba a Secret Oath (Arrogate), la defensora de Briland Farm, ante los machos, después de que se impusiera en el Kentucky Oaks (G 1-1800 m). Pero el cuidador resistió la tentación de llevarla al Black-Eyed Susan (G 2-1800 m), la prueba que seguía en el camino de una imaginaria Triple Corona para hembras, en la tradicional fecha del día anterior al Preakness y en Pimlico. “Es un Grupo 2…”, resumió Lukas, para decir que el Oaks no iba a ser un desafío para la yegua como sí lo sería volver a correr contra potrillos –fue 3ª en el Arkansas Derby- y en mayor distancia. Secret Oath cumplió y terminó 4ª en Maryland, a siete cuerpos del ganador.

Para los dueños de Creative Minister (Creative Cause) y su entrenador, Kenneth McPeek, la apuesta fue en metálico: hubo que pagar 150.000 dólares en derechos para anotar a este ganador de 2 sobre 3, todas condicionales, que no estaba inscripto en la serie de la Triple Corona. Y les fue bien con el 3° que Creative Minister cosechó además hablando en especies, porque obtuvo 181.500 dólares como premio y recuperó, en esencia, lo invertido. Su desempeño ya le abrió las puertas del Belmont Stakes (G 1-2400 m), algo que confirmó el propio McPeek. De paso, Early Voting no irá a Nueva York para el cierre de la Triple Corona.




Epicenter (Not This Time) fue la excepción a la lógica, como lo fue en el Derby pero por razones ajenas a él. No ganó aquel clásico sencillamente porque apareció de atropellada Rich Strike (Keen Ice), la sorpresa que dinamitó el totalizador y las esperanzas del dirigido por Joel Rosario y del público, que lo había hecho favorito. En la primera gema, el jockey ubicó segundo a su caballo en un desarrollo vertiginoso, de 45 y monedas los 800, y finalizó en esa posición, cuando había dominado. “Tal  vez no debimos hacer algo distinto ahora”, dijo, autocrítico, el entrenador Steve Asmussen el sábado tras el Preakness.

La frase del cuidador refiere al hecho de que Rosario ubicó a Epicenter esta vez en el fondo del lote (7°), en el comienzo. “Ahora fue culpa nuestra”, admitió, comparando las razones de la derrota. En especial porque el puntero, Armagnac (Quality Road), vino en 47.44, mucho más tranquilo, con Early Voting pisándole los talones.

“Las instrucciones para el jockey eran que lo corriera libre y que hiciera los ajustes que necesitara, pero nunca pudo escapar de una colocación incómoda por dentro”, comentó Asmussen, desilusionado.

En la carrera en la que todo estaba bien pensado en lo previo, podía haberse dado un resultado más lógico que el del Kentucky Derby. Solo falló el menos pensado.








viernes, 20 de mayo de 2022

Con Bebe Correas se fue un mundano hombre de turf, criador, dirigente y continuador de una estirpe centenaria

 




Había que escuchar a Ignacio Bebe Correas hablar de las personalidades más diferentes, desde el cuidador José B. Irazusta hasta el embajador Alejandro Orfila; desde el jockey Eduardo Fuchi Liceri a Omar Shariff, un actor que fue su amigo y con el que compartió los tiempos de su apogeo, cuando ya había filmado Lawrence de Arabia y Dr. Zhivago. De Eduardo Jara a Frankie Dettori, que corrió a su yegua Cagnotte en un Selección de este siglo.

El que heredó de Ignacio Félix Correas el haras Las Ortigas, la cabaña que había fundado el padre de aquél, Ignacio Correas I, amigo íntimo de Carlos Pellegrini y puntal de la fundación del turf argentino. Había que escucharlo a Bebe hablar de su abuelo, de Diamond Jubilee, el padrillo que obligó a pedir un préstamo de 15.000 guineas para completar el precio de 33.000 que en 1905 le había puesto Eduardo VII, Rey de Inglaterra. Un dinero por el que “respondió con todo lo que tenía, hasta la ropa…”, contaba Bebe.

Ignacio Correas III, Bebe, se refería con el mismo afecto a Telmo Miguez, el maestro de Irazusta en Las Ortigas, que a Charlie Wittingham, el cuidador que se formó con Horacio Luro, el Gran Señor en los Estados Unidos. Y admiraba a Juan Lapistoy y a Julio Penna y quería mucho a Jorge Mayansky Neer. A Freddy Head y a Liceri. A todos los compartía con Héctor del Piano, su gran amigo, el que lo acompañó en todas las aventuras hípicas.

La mesa directiva de Criadores, la del Jockey Club y la del hipódromo de Palermo lo tuvieron en posiciones de decisión, y por décadas manejó el stud Iceache, con sus colores blanco y verde. Campero, Pretencioso, Alatón, Tapatío y el más grande, Yatasto, nacieron en Las Ortigas, y hay más, como aquel Cosino, potrillo de Grupo 1. Todos le dejaron marca.  

Y fuera de todo ranking, por supuesto, sus hijos Ignacio, el recordado Félix y Ricardo. Entrenadores los dos primeros y ejecutivo de la cría, de arremangarse en el campo, Ricardo. A ellos se suma Benjamín, el hijo de Nacho, que dejó la zona de confort que tenía en Lexington, Kentucky, trabajando con su padre, para venir a entrenar al duro pero desafiante turf argentino. También sobre ellos había que escucharlo a Bebe, ya puesto en padre y abuelo.    

Por iniciativa de Nacho, que sentía que no debía perderse el caudaloso tesoro de la memoria de su padre –un acierto tamaña prevención-, uno tuvo la fortuna de disfrutar horas de charla con Bebe el año pasado. Horas fructíferas, de un Correas pleno, al que le gustaba narrar, contar sin presumir. Los que lo conocieron saben de qué se trata esto.

Se verá cómo se transmiten aquellas cosas en el futuro. En agosto, Bebe, que falleció ayer en Buenos Aires, iba a cumplir 87. Por ahora, se impone la despedida. Solo por ahora.