sábado, 28 de mayo de 2022

Toda una historia la de Malibu Spring, el típico caballo de clase capaz de ganar un clásico a pesar de sus sufridos medios

 

En el centro, Marcelo Sueldo y su familia, flanqueados por Rodrigo Blanco y Tomás Kehoe (Foto Hip. de La Plata)



El defensor del stud El Irlandés padece una lesión importante, que le impidió competir con  frecuencia, y ahora, en su quinta actuación y primera en La Plata, se impuso en el Clásico 25 de Mayo de 1810, un triunfo que alegró a sus allegados y al equipo de trabajo que encabeza Marcelo Sueldo 

   

 

Las historias de resiliencia en la vida de los caballos de carrera son más o menos como las de la vida humana, y tiene muchas el turf en su protagonista principal. Algunas explican celebraciones como las de Rodrigo Blanco, el jockey que llevó al disco a Malibu Spring (Greenspring), 1° en el Clásico 25 de Mayo de 1810 (G 2-1600 m). O sonrisas como las del entrenador Marcelo Sueldo y su familia, que viajó a La Plata para estar en un momento tan especial. Y la de Tomás Kehoe Wilson, criador en su haras Vikeda y propietario del alazán. Una mezcla de satisfacción y alegría se respiraba allí.

Es sabido que la relación afectiva entre el jinete cordobés y el cuidador es tan fuerte que, cuando a Rodrigo le ofrecieron contrato en una caballeriza enorme como Firmamento, hizo constar que ante determinadas circunstancias, su prioridad era montar para Sueldo. Pero el viernes en el Bosque había algo más en ese puño apretado del piloto. Había entre ellos un caballo que a los 4 años ganaba su primer clásico en su quinta actuación, cuando esa conquista sonaba a fábula para ellos.  

Después de la victoria de Malibu Spring por cinco cuerpos, en su estreno platense, Marcelo Sueldo contó: “Su problema es en la entrecuerda y el sesamoide en una mano. Lo tratamos con cáusticos, no es nada sencillo mantenerlo y le ponemos hielo todas las mañanas. Son casos complicados”. Y sí, son esas lesiones que en muchos casos terminan con una campaña en las pistas. “Se descubrió la fisura en una mano y la lesión en la entrecuerda, donde se une al sesamoideo. Tiene los nudos más gruesos, más cargados, con menos movimiento”, agrega el cuidador. Pero Malibu Spring se dispuso a pelearla y los que trabajan en su stud también.


 


 “Era candidato a correr la Polla de La Plata y apareció la lesión, después se resintió y lo volví a parar. Está entre algodones, es un muy buen caballo, de mucho poder locomotivo”. Ese lapso entre recuperaciones y competencias lo tuvo en el box diez meses después del debut con triunfo en Palermo, en 2020, hasta el regreso con un no placé en la misma pista, en 2021. Otra vez fue parado por nueve meses y luego su mejor etapa: triunfo por cuatro cuerpos en la arena de San Isidro en abril pasado y, menos de un mes después, otra victoria, por seis cuerpos en 1400 m. Las anteriores fueron en 1200 m.

“Pesa entre 500 kg y 540 y si bien se fue poniendo con las carreras y con trabajos suavecitos, había echado 58 y chirolitas en la partida”. Después de escucharlo, uno piensa que es el típico caso del caballo de calidad que vive la velocidad al tope. “El caballo bueno puede tener un dolorcito y no se cuida, va para adelante igual, empuja siempre”, confirma Sueldo

-Hay que aprovechar cuando está bien…

-Lo llevé a La Plata porque es la carrera que tenía más próxima; la idea era agregarle metros en carrera. Fue de 1000 y 1200 m a 1400. Ahora que ya corrió la milla le vamos a buscar otro clásico.

Hay otro dato que abona el optimismo del entrenador: “Me dijo Rodrigo que terminó bastante bien y esta vez corrió sin buta (como se conoce al analgésico fenilbutazona). Ojalá tenga chance de correr un Grupo 1”. Entonces, el pesaje y la premiación, donde Benjamín e Ismael, los hijos de Sueldo recibieron la copa, volverán a ser a pura sonrisa.















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