domingo, 7 de agosto de 2022

Blue Stripe hace camino al andar, pero es inevitable recordar a Bayakoa y Paseana, que también tenían conexiones chilenas


La yegua de Pozo de Luna ganó el Clement L. Hirsch (G 1) en Del Mar, California, de la mano del entrenador Marcelo Polanco y el jockey Héctor Berríos, tan trasandinos como Eduardo Inda, el recordado asistente de Ron McAnally, entrenador de las campeonas argentinas


La conducción de Berríos fue un toque lujo en el triunfo / Benoit Photo

 


La sensacional victoria de Blue Stripe (Equal Stripes) en el Clement L. Hirsch (G 1-1700 m-arena), en Del Mar, remite a un montón de sensaciones. Una, el recuerdo de Bayakoa (Consultant’ Bid), Yegua del Año en los Estados Unidos y ganadora de este clásico; de Paseana (Ahmad), que ostentó el mismo título, y Different (Candy Stripes), Mejor Yegua Adulta en las distinciones Carlos Pellegrini de 1995. Las tres ganaron este clásico, al igual que otras argentinas: la gran Miss Loren (Numerous) y Daystar (Seductor).

Pero no solo por eso Blue Stripe removió la memoria. Detrás de ella hay un entrenador chileno, Marcelo Polanco, como en los casos de Bayakoa y Paseana había un profesional trasandino, Eduardo Inda, eficiente y amable asistente de Ron McAnally hasta principios de los 90.

También es chileno el jockey, Héctor Berríos, al que Haras Pozo de Luna, propietario de Blue Stripe, llevó desde Florida a California para la temporada en el hipódromo que  fundó el ilustre artista Bing Crosby. “La carrera se hizo exactamente como lo planeamos. Queríamos venir detrás de las veloces, para atacarlas luego”, dijo el jinete, después de llevar a la yegua al triunfo por 1 y ¾, en una atropellada fulminante, que dejó paradas a todas sus rivales. “Se sintió cómoda todo el tiro y cuando pasamos los 800 aceleramos. Corrió muy bien. Puede hacerlo más largo; creo que quiere correr más largo”, enfatizó Héctor.

Blue Stripe despatarró a la favorita Shedaresthedevil (Daredevil), que venció en esta prueba el año pasado. La dejó buscando fuerzas donde no había, en la 3ª posición, como el jockey Berríos y el entrenador  Polanco lo habían pensado. La yegua de 3 años Desert Dawn (Cupid) fue la escolta y postergó por la cabeza a Shedaresthedevil en el disco. Blue Stripe se tomó desquite de Private Mission (Into Mischief), que la había vencido en julio, en el Santa María Stakes (G 2), en Santa Anita Park, y aquí fue la puntera, para terminar 6ª y última a más de 20 cuerpos. La argentina fue cotizada 3ª en las apuestas a ganador.

Blue Stripe, ya aclimatada por completo a los Estados Unidos, adonde llegó en mayo del año pasado tras ganar el Criadores (G 1) en Palermo para correr en la Breeders’ Cup, visó así su pasaporte para una segunda oportunidad en el Distaff (G 1-1800 m) –fue 7ª en 2021-, que se correrá en Keeneland el 5 de noviembre. Dijo Marcelo Polanco: “Conversamos [con Berríos] dónde iba a desempeñarse la yegua dado que se retiraron dos competidoras y debíamos cambiar un  poquito. Teníamos que venir más cerca. Por suerte todo funcionó”. Y agregó: “Todos saben que iremos a Keeneland”.

En la doble conquista Clement L. Hirsch-Distaff en la misma temporada, también Blue Stripe buscará emular a Bayakoa, y a Zenyatta (Street Cry) y Azeri (Jade Hunter). Paseana ganó ambas carreras pero en años distintos. Cuando se impusieron las argentinas este clásico se denominaba Chula Vista Handicap y era de Grupo 2. El cambio se produjo en 2000.

El riesgo de viajar para competir en el exterior, que Pozo de Luna tiene en agenda siempre, cobra un vuelo altísimo con caballos como Blue Stripe.












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