|
(Prensa HAPSA) |
Uno es el entrenador de Bouquet Key, ganador del Gran Premio Palermo el mismo día en que su hermano consiguió la primera victoria desde que trabaja en Arabia Saudita, para que celebre papá, Alfredo Gaitán Dassie
Las
dinastías entre los entrenadores de caballos de carrera son moneda corriente en
el turf argentino. El aprendizaje está tan a mano que basta que a uno le guste
un poquito para seguir el camino de los padres y los abuelos, y la “oficina” de
éstos se convierte en un lugar de juegos, primero, y en la mejor escuela más
tarde. A uno le vienen a la mente los Etchechoury, después de conocer un poco
de la historia de Bouquet Key (Key Deputy). Juan Carlos, Pochi, hijo de un severo
vasco [Juan Evaristo, que vino de chico desde su natal Paysandú, Uruguay, y preparó
caballos para correr], llevó a sus hijos a la oficina desde chicos y les enseñó
las tareas de un peón raso, que ejercieron antes de ser cuidadores exitosos.
Carly, Dany
y Javier pueden ser un espejo en el que se miren Nicolás y Lucas Gaitán, los
hijos de Alfredo Gaitán Dassie; el primero, a cargo del ganador del Gran Premio
Palermo (G 1-1600 m).
Ellos son un eslabón parecido a aquellos que, apenas cortaron el cordón,
empezaron a ganar. Hay muchos más, como Juanca Maldotti, Nico Martín Ferro,
Gustavo Romero, sólo por mencionar un puñadito de hijos destacados de destacados
padres. Una referencia breve, al pie de la premiación del clásico de la milla
en el hipódromo Argentino, mientras Nicolás Gaitán celebraba.
-Corrió poco Bouquet Key.
-Después de
perder las Estrellas Mile empezó a trabajar para correr de nuevo en la arena,
pero se cacheteó en un trabajo, se le rajó el vaso y como cuando uno tiene un
problema en una uña lleva tiempo que se regenere le dimos el tiempo necesario,
no lo apuramos ningún proceso.
-¿Fue el mismo accidente que tuvo Cool Day?
-Sí, pero Bouquet
Key se lastimó el casco y lo de Cool Day fue arriba. No quisimos ponerle
parche, no había apuro, porque por ahí cuando uno tiene un caballo bueno corre
el riesgo de quemar etapas y él es un muy buen caballo. Esperamos que se
regenerara el casco, empezó de nuevo y reprisó de forma notable. Hoy demostró
que tiene alto nivel.
-¿El desarrollo se dio como esperabas?
-Para ser
honesto, me asusté porque venía un poco lejos y él siempre viene encima de la
carrera. Rodrigo –Blanco- me contó que por los 800 le sacó los tapones y ahí el
caballo se puso bien. Cuando entró en la recta lo buscó por afuera y en ese
momento lo sintió ganador. Ahí, yo lo empecé a gritar.
-¿La próxima será el Anchorena?
-No queda
mucho: es el Anchorena o esperar el año que viene. Y no va a ir a más distancia
por el momento. Creo que puede llegar a 1800 m o 2000 sin problemas, incluso lo hablamos
con papá, pero no este año, nos quedamos contentos hasta acá. Lo importante es
saber que tenemos un buen caballo para aprovecharlo en su mejor distancia.
Rodrigo lo creyó bueno desde que lo empezó a montar.
Papá es
Alfredo Gaitán Dassie, claro, que arranca por donde quiere: “Hoy ganó Lucas su
primera carrera en Arabia, tuvo varios arrimes; fue en una carrera de caballos
árabes (el ejemplar se llama Mlatem Athbah). Tiene 20 puros y 6 árabes. El propietario,
Athbah Racing, tenía otro cuidador para los árabes y ahora se los dio a Lucas,
que se va a ir a Dubai con otro caballo árabe. Así que es un día completo”. El
hijo más chico del entrenador, que está trabajando en Riad hace unos meses, se
trasladará pronto a Dubai con otro ejemplar de raza árabe para competir. El chico ya es grande y en su nuevo medio es independiente.
A Bouquet
Key lo eligió Alfredo para Ignacio Gutiérrez Zaldivar en el haras Firmamento,
de su amigo Juan Carlos Bagó. “Con este caballo quedé caliente –sigue Gaitán
Dassie-; había corrido tres carreras y, sin fogueo, le tocó perder las Estrellas
Mile (G 1-1600 m)
con Che Capanga Manipulator), que tenía más experiencia. Mientras que Che
Capanga reprisó en un clásico muy bien, el de Nicolás tuvo que correr una de
ganadores de 1 y 2”.
Por eso se lo vio festejar tanto el sábado: “Estaba esperando este día para la
revancha con Che Capanga. No sé cuál es el techo de Bouquet Key; es muy manso,
vino de los últimos y salió por afuera de todos. La lesión no fue nada pero lo
demoró y además no tenía carreras para él. Vamos a festejar con Nacho
[Gutiérrez Zaldivar] y el doctor Bagó”.
Bouquet Key, con el inspirado
Rodrigo Blanco, ganó por un cuerpo y medio ante Che Capanga el Gran Premio
Palermo. Con este caballo, el cordón entre padre e hijo –no hay confusión de
roles- se cortó, es inevitable, pero la influencia del señor de la oficina todavía es fuerte.