domingo, 7 de julio de 2024

Epityrum, en otro tiempo un caballo con poca suerte, ganó el Clásico Chacabuco sin más ayuda que su atropellada

 


Celebra Martín Valle, de paciente conducción con el hijo de Portal del Alto / Prensa Palermo

 

La última vez que había ganado el pupilo de Nicolás Martín Ferro fue en las Dos Mil Guineas del año pasado y ahora ganó por tres cuerpos en el inicio del Campeonato Palermo de Oro Verde; el defensor del stud Mística es hijo de madre una norteamericana y nieto materno de la clásica Venusberg  


De los rivales importantes de Epityrum en la lista del Clásico Chacabuco (G 2-2400 m-césped), el único que le sacó el cuerpo a esta carrera de Palermo fue Menino do Rio (Fortify), cuyos antecedentes en el césped porteño no se comparan con los que ostenta en San Isidro y no parecían recomendar su inclusión.

Para aquel, en cambio, competir el sábado suponía reconocer el terreno para entrar en el Campeonato de Oro Verde y la decisión fue inmejorable: ganó por tres cuerpos luego de atropellar en la difícil recta final, para vencer a Ronda de Ases (Forge) y a Crazy Talent (Equal Talent), 3° a dos largos, en 2.29.64/100.

Comenta Nicolás Martín Ferro, entrenador del defensor del Stud Mística, de Azul: “Epityrum es un caballo al que en su campaña le faltó un poco de suerte. Ganó las Dos Mil Guineas (G 1) del año pasado y después siempre arrimó, siempre corrió bien y últimamente le estaba faltando esa suerte, desde esa carrera no podía ganar”.

En el turf se sabe de caballos que aparecen en su temporada de dos años ganando un Grupo 1 y luego no pueden alcanzar alturas clásicas. Con Epityrum, Martín Ferro trabajó para que reapareciera la confianza. “Hasta lo bajé a la categoría a ganadores de una y dos, pero siempre le faltaban cinco para el peso”, recuerda. “En la última le tocó perder chiquito un handicap en la arena de San Isidro, que con su recta corta no lo beneficia mucho. Es un caballo lindísimo, muy grande, de buena brazada. Lo trajimos al Chacabuco pensando en el Campeonato de Oro de Palermo y me encantó porque no conocía la cancha, pero anduvo como si hubiera corrido toda la vida”.

El entrenador además, ponderó el trabajo del jockey: “Martín [Valle] hizo un gran trabajo, lo trajo por dentro, sin perder un metro, entró al derecho y el caballo le respondió. Hay que esconderlo un poco, no mostrarle la cancha porque por ahí se quiere ir para adelante”.

El “problemita” que se viene

El objetivo de que Epityrum explorara una superficie nueva está cumplido. “Ahora, se nos abre un lindo panorama para el segundo semestre”, destaca Nico. “Intense For Me (Fortify) quedó espectacular –fue 2° de Vundu en el Estrellas Classic (G 1) con un desarrollo problemático-, no tiene nada y lo más probable es que corra el Gran Premio San Martín (G 1-2400); él ganó el Clásico Buenos Aires (G 3-1600 m) en esta cancha de Palermo. Y agrega, sonriendo: “Ahora se me viene un problemita porque tengo a Epityrum, y Treasure Island (Treasure Beach) también vendría para la segunda etapa del campeonato. La verdad, es un lindo problema tener a tantos caballos buenos para la distancia así que no me puedo quejar”.    

Ya que estaba, se le pregunta a Martín Ferro por Earth God (Cosmic Trigger), 3° cerca de Colifato Novo (Lenovo), en el Estrellas Juvenile (G 1) luego de sufrir un corte en una pata: “La herida está mejorando como queremos, con cicatrizantes; se lo volvió a  vendar y dentro de una semana se la sacaremos para ver si puede volver a caminar. Por ahora más que nada nos interesa que no haga movimientos, después veremos a dónde apuntamos. Quiero tener el caballo antes que evaluar una carrera”.

Epityrum, el caballo que acaba de cumplir 4 años, es hijo de Portal del Alto y Estás Afuera (Bernstein), una yegua estadounidense con todo el bagaje del haras La Quebrada en su pedigree: su madre es Venusberg (Southern Halo), ganadora del Estrellas Juvenile Fillies (G 1), entrenada por Coco Bullrich y con los colores de Cobra Farm.






















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