sábado, 15 de octubre de 2022

Roberto Andrés Pellegatta: del tordillo que no quiere trabajar pero mata en carrera al reencuentro profesional con la leyenda viva


Special Dubai fue una aplanadora al ganar por nueve cuerpos el Clásico Vicente Casares (G 2) y su entrenador, que anunció que el caballo correrá el Dardo Rocha por segunda vez, reveló que volvió a trabajar codo a codo con su padre, el gran Pela 


William Pereyra no necesitó la fusta para estimular a Special Dubai / Gza. Hapsa

 


Terminada la premiación del Clásico Vicente L. Casares (G 2-2500 m), Roberto Andrés Pellegatta saluda con un “nos vemos en La Plata” a los allegados a Special Dubai (E Dubai), el terminante ganador de la carrera de Palermo. “Va a correr el Dardo Rocha (G 1) –aclara, pero no hacía falta- ; este caballo necesita correr una vez por mes; después vamos al Pellegrini”. En la carrera máxima del Bosque, el tordillo había escoltado a Emotion Orpen (Orpen) en 2020.

El defensor de Le Fragole acaba de imponerse por nueve cuerpos en un clásico que solo reunió cuatro caballos en su nómina, y fue tan sencillo como se preveía después de haber sido segundo de Miriñaque (Hurricane Cat) en las tres instancias del Campeonato de Oro Verde, la última hace 40 días. “No le hago nada en la semana. Ahora lo llevo diez días al campo a descansar, lo traigo, le hago cuatro o cinco partidas suaves y corre el Dardo Rocha. No le gusta el ejercicio fuerte, quiere ningún trabajo. Para el República Argentina había echado tiempos, no muy fuertes, anduvo bárbaro en los ensayos. En la carrera entró 9°. Hay que varearlo suave.” 

Para Pellegatta, el caballo propiedad de Héctor Liguori está en un gran momento. “Está corriendo mucho, como si se hubiera hecho ahora; atropella, antes era seguidor, siempre fue galopador, de tomar la punta y darle”. El entrenador recuerda que Special Dubai estuvo a punto de ganarle a Miriñaque en el Gran Premio San Martín (G 1-2400 m), donde terminó al hocico. “Es un caballo noble, sano, siempre da satisfacciones. Estuvo siete meses parado después de ganar el San Martín del año pasado y volvió con todo”.

Robertito se dio cuenta de que cuando “lo garroteaba” a su tordillo -como él describe- corría mal, y descubrió que cuando lo llevaba al campo luego de competir y volvía apenas con partidas suaves respondió siempre. “Ya lo tengo medido, lo conozco tanto… Sé que si lo muevo va a echar tiempo, pero no le hace falta. A esta carrera llegó con 53s (800 m); lo vareo y viene bien tendido, eso sí”. Luego de aquellas tenidas con Miriñaque, Pellegatta quería hacer ganar a Special Dubai. “Por eso lo anoté en esta carrera, no muy exigente, para que se agrandara, para que saque pecho. Si perdés seguido te achicás”.

-¿Cuántos caballo tenés en el stud?

-Treinta, porque hace un mes recibí muchos que me mandó mi padre. Volvemos a ser el binomio Pellegatta-Pellegatta; me pidió que le diera una mano con algunos caballos. Me pregunta qué están haciendo, se los muestro, le pregunto qué le parece… como hacíamos antes.

-Es inevitable preguntarle a Pela teniéndolo cerca.

-Más que nada quise volver con él para tener ese vínculo de nuevo, sus opiniones. Yo le dije que la última hojita del libro me la deje a mí, a nadie más (se ríe fuerte). Un día me dijo “la mejor partida de la mañana fue la de tu caballo, vas a ganar de galope”.

Ese caballo era Special Dubai, claro. “Estoy muy contento de haber vuelto con él”, dice, pero ahora el que pasa a su lado es William Pereyra. “Es buen jockey, muy buen jockey –enfatiza- y buena persona, un pibe espectacular, nunca se enoja, siempre quiero que me corra. Hace lo que uno le pide y por supuesto, da su opinión. Mi jockey de referencia fue Pablo Sahagian, que le corrió toda la vida a mi viejo; tenía mucha picardía el Turco”.

La noticia del viernes 14 en Palermo fue la victoria de Special Dubai, pero la novedad del reencuentro profesional de Pellegatta, padre e hijo, se metió para pelear el titular cuerpo a cuerpo.












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