La atropellada del que fuera Mejor 2 Años en la Argentina llegó por afuera y entre rivales en el final, mientras que Annapolis, el ganador, corrió por dentro y más cerca de la punta, lo que le facilitó la victoria por un cuerpo y medio ante el aguerrido caballo nacido en Brasil
Annapolis dominó al entrar en la recta final e Ivar (izq.) esta vez no alcanzó / Coady Photography-Keeneland |
¡“Ivar está ahí!”, exclamó el relator del hipódromo de Keeneland cuando el caballo nacido en Brasil y moldeado en la Argentina más rápido corría, sobre la recta final de césped del Coolmore Turf Mile (G 1-1600 m-1 millón de dólares en premios). A esa altura, Annapolis (War Front) ya no venía con tanta diferencia al frente como en los primeros tramos del derecho, pero le bastó ese plafond para ganar e incluso le sobró para meter el récord de 1m33s29 en la pista del hipódromo de Lexington, Kentucky.
La carrera de Ivar fue distinta a la de Annapolis, que contó con el consagrado Irad Ortiz Jr., el jockey que dio doblete de Grupo 1 el sábado, junto al entrenador Todd Pletcher. Mientras el ganador, uno de los dos caballos de 3 años en las gateras, vino siempre por dentro y solo tuvo que hacer un ligero movimiento para esquivar al puntero, el británico Masen (Kingman), al ingresar en el derecho final, Ivar debió salir de un cerrado grupo de rivales y abrirse a media cancha para atropellar en el mismo tramo. Así pudo aprovechar la velocidad que hubo en la punta.
Así y todo, terminó segundo a un cuerpo y medio y salvó los 185.000 dólares del premio de esa colocación por el hocico ante Order Of Australia (Australia), que dirimió a su vez la tercera chapa con Set Piece (Dansili) por pescuezo y 5° finalizaba Casa Creed (Jimmy Creed), a igual diferencia, en medio del aluvión de atropelladas.
Dijo Joe Talamo, jinete del Mejor 2 Años en la Argentina, en 2019: “Corrió muy bien. Cuando entramos en la recta creí que iba a terminar primero, pero me saco el sombrero ante el ganador. Ivar dio pelea, está presto para correr siempre y se siente a gusto viniendo en el fondo. El entrenador lo pone en gran estado cada vez que sale a competir”.
Ese cuidador es el brasileño Paulo Lobo, que tiene a su cargo los caballos de RdI y Bonne Chance en los Estados Unidos y quien ahora comentó con cierta desazón, a pesar de las palabras: “Vino un poco abierto en el último codo –sugiriendo que dio ventajas allí- pero estoy muy feliz. Perdió ante un buen caballo en una carrera muy veloz, no hay excusas. Ivar corrió muy bien y creo que estará de nuevo en la Breeders’ Cup Mile (G 1) –sería su tercera actuación-, donde espero lo mejor”.
Eso será dentro de cuatro semanas en Keeneland, una vez más.
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