lunes, 26 de septiembre de 2022

Luego de un descanso, Durazzo volvió sin novedad, para continuar su camino inevitable hacia el Gran Premio Carlos Pellegrini


El defensor de Marías del Sur demostró en el césped de San Isidro que sus ganas de correr están intactas, en el Clásico Progreso (G 3), transcurridos tres meses desde su última actuación, cuando pisó por primera vez la arena de Palermo y ganó el Estrellas Classic  


El quinto triunfo al hilo y sexto en la campaña de Durazzo, invicto con Leandrinho

 


La mejor novedad que dio Durazzo en el Clásico Progreso (G 3-2400 m) es que no hubo novedad. El hijo de Fortify ganó como siempre, como viene pasando este año  desde que resultó 4° en el Clásico Botafogo (G 3-2000 m). Esa es la noticia que no es nueva y que ni siquiera el paréntesis de tres meses que abrió tras su última actuación, en el Gran Premio Estrellas Classic (G 1-2000 m), en la arena de Palermo, pudo detener.

Los músculos siguieron bien, quizá mejor que en aquel primer encuentro con la pista porteña, donde se impuso por un cuerpo ante el incansable Kodiak Boy (Treasure Beach). Al caballo del stud Las Monjitas esta vez la atropellada le alcanzó para terminar tercero, a dos cuerpos de Dalbornell (Don Valiente), que se metió segundo a tres y medio de Durazzo.

Piccolo Veloce (True Cause) fue un puntero que hizo lo que debía: dormir el desarrollo, convertirlo en un paseo. Así pasaron en casi 27s los 400,  53s37 los 800 y 1m19s50 los 1200, mientras Durazzo empujaba para apurar la marcha, ya en el segundo puesto al entrar en el codo. En la recta, Francisco Fernandes Gonçalves no quiso esperar más con el favorito y dominó a 450 m del disco. En otra cosa, Wilson Moreyra sacó de los palos a Dalbornell luego de traerlo expectante; se había puesto a tiro por un rato, pero cuando Durazzo sintió sobre sus 508 kg el apile del jockey, supo que tenía vía libre.

Dio la impresión de que si corrían 5000 metros todo iba a seguir igual, con Durazzo estirando la diferencia que necesitaba. El que sí mejoró posiciones notablemente fue Kodiak Boy, que siguió la estela que había dejado el de Marías del Sur con idéntico resultado en cuanto a la forma, porque abandonó los palos y atropelló, pero sin lo necesario para ganar, incluyendo el espacio hasta el disco que necesitaba.

La etapa que se abrió este domingo debe derivar en el Gran Premio Carlos Pellegrini (G 1-2400 m), el 17 de diciembre, con una posible escala en la Copa de Oro (G 1-2400 m), el 5 de noviembre y Durazzo, con el trabajo del equipo del entrenador Rubén Quiroga, vuelve a Entre Ríos con su quinta victoria al hilo, la sexta de su campaña.















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