El jockey de Esperanza, Santa Fe, se impuso el miércoles 21 en San Isidro, en la montura de Comme L'Eclair y puso un mojón en una campaña en la que lleva siete conquistas de Grupo 1 e hizo que caballerizas importantes se interesaran en él para contratarlo
El reconocimiento a un peón -el de Moyvore Rose- trabajadores vitales para Brian / G. Duprat (Archivo) |
“No lo
puedo creer. Uno arrancó de tan abajo, sin tener nada, que llegar a 1000 triunfos
entre tantos jockeys buenos no es poco”. Brian Enrique acaba de llegar a una
marca, los 1000 triunfos. Fue el miércoles, en San Isidro, cuando Comme L’Eclair
(City Banker) se impuso en el Premio Rose Of Grace (
Tal vez lo mejor que se le escuchó decir ayer al jockey de Esperanza,
Santa Fe, es lo que ya dijo. Son esas frases que viene repitiendo cada vez que
alcanza escalas importantes en su campaña de siete años radicado en Buenos Aires
y su zona de influencia para trabajar en los hipódromos centrales. Cada vez que
se le dio un contrato de exclusividad con caballerizas importantes, como Rubio
B. y Gran Muñeca, o cuando sumó una carrera más a su récord que no era un clásico
de alto nivel, pero que no le impedía demostrar su felicidad.
“Todo es consecuencia del trabajo y la ayuda de mucha gente, los peones,
los propietarios, los cuidadores… gracias a ellos y a que existen los caballos,
que me dieron mil alegrías”, confiesa en el programa radial El Derby, y esa cantidad que menciona no
tiene que ver con victorias solamente. “Me acordé mucho de mi papá y mi mamá.
Si no fuera por ellos, por su apoyo, uno no estaría acá”, añade El Picante,
como lo llaman incluso en la tribuna. “Todos ponen su granito de arena: el
capataz, el sereno, todos los que trabajan para que uno gane la carrera”.
También Enrique, de 27 años, se mete en un apartado que puede sonar extraño
en medio de los sacrificios y los riesgos de la profesión: “Uno se divierte
desde que sale de la gatera porque hace lo que le gusta. Si no fuera así sería
más difícil porque es un trabajo de todos los días y uno trata de divertirse
ganando carreras. Cuando corremos mal y luego vemos la repetición de la carrera,
si nos equivocamos, aprendemos. Me levanto feliz cada día, agradecido por tener
un caballo para trabajar”.
Menciona caballos Brian que lo marcaron, Village King, Luthier Blues, Calzonetti. “Nunca me imaginé ganando un Grupo 1 y esos caballos me dieron alegrías enormes. Calzonetti me dio el primero”. Ese hito inolvidable fue el Gran Premio Suipacha de 2019. Después vinieron seis más y 45 éxitos clásicos en total. El de ayer no fue de tal nivel, pero para Brian Enrique también será imborrable.
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