domingo, 14 de agosto de 2022

Sin traumas por las flojas largadas, Aspavento y Miguel Sosa encontraron la forma de ganar el Clásico República de Brasil

 

El caballo del entonado stud Tinta Roja y su jockey lograron hitos en sus respectivas campañas: la primera victoria clásica y el primer triunfo jerárquico en Palermo, en la luminosa tarde de "Un Día en las Carreras"  




El hecho de quedar un segundo demorado en la largada, algo apretado por su laderos, no solo lo obligó a Aspavento (Remote) a correr fuerte en el momento más importante del Clásico República Federativa de Brasil (G 3-1600 m-césped), sino además hacer la carrera de su vida. Incluso, cuando entró en el último lugar en la recta final, Miguel Ángel Sosa, su jockey, tuvo el mejor panorama y eligió la amplia avenida que quedó por dentro, para atropellar sin otros desvíos.

El stud Tinta Roja, al que pertenece Aspavento, disfruta de un estado de gracia. Sin ir muy lejos, el jueves pasado se quedó con la Polla de Potrancas (G 1), gracias a Una Arrabalera (Cima de Triomphe) y, entre los muchos éxitos, según pudo verse en las redes sociales, Zillion Stars (Cityscape), ganador del último Gran Premio Joaquín de Anchorena (G 1), se recupera para volver a competir pronto.

Aspavento cruzó el disco con un cuerpo y medio de ventaja sobre Curioso Master, que le sacó el puesto de escolta a Evitándote (John F Kennedy) por el hocico, apareciendo por afuera del enjambre que peleaba por la primera chapa. Aspavento había sufrido el mismo percance de la suelta en su anterior actuación, una condicional de La Plata en la que largó apretado por dos rivales y también quedó último; después, en la recta atropelló con furia y finalizó tercero.    

Miguel Sosa tiene 21 años y la pandemia de Covid 19 lo dejó como a Aspavento en las gateras, obligado a sujetar y reducir su acción, a poco de egresar de la Escuela de Aprendices de La Plata, con el turf semiparalizado. Por eso, solo este año pudo cumplir el corte de 120 carreras ganadas para convertirse en jockey y la del sábado 13 de agosto fue su primera victoria clásica en Palermo.

“El caballo, el caballo”, replica Sosa quitándose méritos, cuando uno elogia su conducción. “Iba a ir por afuera, pero cuando vi que todo el pelotón se abría decidí ir por dentro, para no quedar sin espacio. Así tuve la cancha libre y remató muy bien”.

-Fue una sorpresa.

-Era muy brava la carrera, pero el caballo llegaba muy bien.

A los 5 años, Aspavento alcanzó su conquista más importante, la quinta de su campaña y todas con Miguel Sosa en la montura. Un binomio que funciona aún ante los imponderables.
















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