Sanson Greeley pertenece a los clásicos, pero gana confianza en handicaps de la recta de Palermo, aún con los 64 kg que le tocan

 

"Cuando se vino el de Alderete me asusté", dijo Juan Noriega, jockey de Sanson Greeley (izq.) (Hapsa)

El velocista de la caballeriza Chyl, de Azul, se impuso por media cabeza a Paris Tech, al que le daba 8 kg de ventaja y era un peso prohibitivo para muchos, en la carrera que le rindió culto a Laramie Trail, notable productor de caballos para la corta 

En el Handicap Laramie Trail (1000 m), la carrera central del jueves 19 de mayo en Palermo, Sanson Greeley (Horse Greeley) consiguió el séptimo triunfo de su campaña, el sexto en la misma recta en la que fue escolta dos veces en el Gran Premio Maipú (G 1), en 2020 ante Strategos (Zensational) y la restante el año pasado, en pos de Luthier Blues (Les Blues), dos colosos de la velocidad. La pista porteña es su casa.

La del handicap fue una victoria corta, ajustada, por media cabeza sobre Paris Tech (Luhuk), en la que la experiencia y tenacidad de Juan Carlos Noriega en la montura lo ayudó mucho. Primero, conteniéndolo apenas se abrieron las puertas para acomodarlo por afuera; después, evitándole un desgaste temprano con sus 64 kg. "Gané sufriendo porque largó más o menos, entonces no quería apurarlo de movida con ese peso que tuvo”, aseguró el jockey cordobés. Sin quejas. “Los kilos estaban bien, porque tiene muchos clásicos encima”, agregó.

Sanson Greeley avanzó firme desde la mitad del trayecto, a pesar de que quiso echarse adentro un par de veces y ya estaba en la punta cuando llegó la última amenaza: “Se vino el de Alderete [Paris Tech], que es un buen caballo, y me asusté un poco, pero respondió. Esta carrera le vino bien para que sacara pecho, es un caballo muy generoso", continúa Chupino.

Si el defensor del stud Chyl, de Azul, en cuyo hipódromo debutó en un especial de 800 metros, en puesta con la yegua Descifrada (Don Valiente), no compite más seguido en los clásicos de Grupo a los que sin dudas pertenece, seguramente se debe a las exigencias de esa categoría en cuanto a los medicamentos autorizados para el día de la carrera, como la furosemida. Por eso, Roberto Serjen, su entrenador, lo ratificó en este handicap en el que cargó 64 kg, el peso más alto en la escala como se suponía.

El margen por el que ganó, por lo demás, es una muestra del acierto del handicapper.