El entrenador platense acercó un dato que sorprende sobre Didia, la brillante ganadora del Gran Premio Copa de Plata Roberto Vasquez Mansilla, por tratarse de un ejemplar super competitivo y que seguramente será elegida la mejor del año en césped
Un mimo de William Pereyra antes de cruzar el disco (Hipódromo de San Isidro) |
Una vez está
muy bien, es para aplaudir y elogiar; la segunda también, y ya no es casualidad;
la tercera es una consagración, sobre todo si se trata de una victoria amplia,
de punta a punta, y con el adorno del récord para la distancia. A Didia (Orpen),
eso de venir en la punta y darles el dulce a sus rivales, para escaparse en la
recta como si se soltara un resorte, es un modus operandi que volvió a aplicar
en el Gran Premio Copa de Plata Roberto Vasquez Mansilla (G 1-
Ahora, la receta le dio la victoria por cuatro cuerpos a la yegua de La Manija ante Justify My Love (Agnes Gold) y esta vez la “víctima” de esa especie de engaño fue Polvorada (War Command), que la siguió hasta entrar en la recta, donde la vio alejarse sin remedio. Justify My Love, que vino a la expectativa pero no muy lejos, atropelló después, cuando la puntera ya llevaba un buena diferencia.
Semejante
demostración merecía un corolario de lujo y ocurrió que al atropellar desde la
punta, como suele decirse cuando un caballo viaja tranquilo adelante, sin
exigencias, y en el momento que hace falta suelta amarras y aumenta su velocidad,
Didia marcó el récord de 1m56s81/100, una locura. Para una yegua de sus
kilates, venir en 24.46 los 400m y 47.47 los 800 es un floreo.
Luciano
Cerutti, el entrenador de la yegua que dominó el césped este año, describe: “Didia
no me sorprende, porque desde el primer momento la tuve por buena y le dije a
Ignacio [Pavlovsky, criador y propietario] que la yegua era buena, pero después
hay que demostrarlo. Dejó una imagen bárbara, con el tiempo récord, sacando varios
cuerpos corriendo adelante…”
-Didia hizo lo mismo que en las anteriores, se
le acercó la que venía segunda y ella se le fue.
-Exactamente,
porque tiene un golpe de velocidad bien de abajo, después se serena y cuando la
buscan remata fortísimo.
-¿Y que hace el entrenador para que pase eso?
-Nada,
varea. Los buenos caballos te tocan, vienen así de fábrica, lo que uno debe
hacer es no romperlos. Esta yegua no pega corrida, no se le pone montura, no
hace partidas, nada. Sólo vareo. Yo tengo ese estilo.
Asombra el
dato que entrega Cerutti, en especial si uno tiene el preconcepto de que
semejante competidora seguramente es entrenada a pleno para alcanzar la forma
que muestra en cada clásico. En verdad, tan mal no le fue con eso al
profesional que trabaja en el hipódromo de La Plata, donde ganó el Dardo Rocha
con Solo Un Momento (Orpen). “Llevo tres
Grupo 1, dos este año, los dos con Didia”.
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