El jockey del ganador del Clásico Italia (G 3) destacó la exigencia del final ante One Samurai, un puntero que corrió para cumplir una misión y perdió sólo por medio cuerpo; Emotion Orpen tuvo una seria lesión, por lo que no estará en el Latinoamericano y fue retirado
Sandino Ruler inclinó la balanza ante One Samurai en los 100 finales (Hapsa) |
Para que
Sandino Ruler (Roman Ruler) ganara el Clásico Italia (G 3-
La performance de Emotion Orpen, más inesperada aún que la de su
compañero de techo, no habrá que agregarla a aquella lista de razones que tuvo
el resultado. No es posible darle una dimensión porque el cuarto puesto del
hijo de Orpen se debió, seguramente, a una lesión en el tendón de la mano izquierda,
que no sólo le impedirá correr el Gran Premio Latinoamericano (G 1) sino que
determinó su retiro de las competencias y su nuevo destino como reproductor. La
imagen de Rodrigo Blanco desmontado, llevando de tiro a Emotion Orpen de
regreso al pesaje, ya es una de las más emotivas del año.
Tal vez si One Samurai hubiera dirimido en su favor el formidable duelo
con Sandino Ruler, el dolor en Firmamento –y en algunos imparciales también-
sería menos angustiante, pero se debe rescatar el orgullo de un caballo que
salió a cumplir su papel de pacemaker para favorecer la atropellada de su
compañero como siempre, pero se guardó para el Clásico Italia esa fuerza
latente que casi lo lleva al premio máximo. Juan Saldivia, entrenador del
ganador, señaló al respecto: “Fue una carrera sufrida. Se hizo lenta, pero
nunca pensé que el puntero aguantaría”.
En efecto, no había sido un ritmo muy fuerte el que se dio en la punta
(47s93/100 los 800m), pero Juan Noriega se mantuvo sereno en las riendas de
Sandino Ruler, que colaboró para ese asunto. “Lo que pasa es que, sabiendo que
el de adelante es el muleto, no puedo ir a meterlo cabeza a cabeza, pero se
puso duro ése, hizo una buena carrera”, comentó como nadie podía hacerlo el
jockey cordobés. Acaso se haya sorprendido Chupino cuando vio que One Samurai
sostenía con buenas brazadas el liderazgo, pero se dio cuenta a tiempo y exigió
a su montado, que en los 100 inclinó la balanza en su favor.
-¿Alguna vez usaste la fusta así con él?
-Algún
chirlo le pegué, pero como esta vez, nunca. Pobre, recibió castigo. Se hizo
duro el de adelante ¿eh?
- ¿Y el desarrollo también fue duro?
-No. El
caballo está más manso, antes no lo podías parar, pero ahora está más relajado,
se ha amansado mucho. Lo que pasa es que es muy parejo, si le cortás la acción
después no devuelve tanto, como pasó ahora; si viene adelante, desde los 1200 o
los 1000 te los rompe todos porque le mete ritmo y es difícil seguirlo. Pero él
siempre rinde.
Como sea, Sandino Ruler volvió a responder: tres de tres desde que
volvió de los Estados Unidos. La clave la dio Noriega y está a la mañana, como
ya alguna vez lo explicó, un poco para quitarse méritos: “Lo monta Lucio, que
es un muchacho bastante fuerte físicamente pero varea como los dioses; tiene
fuerza, está todo el día con el caballo. Tiene mucho que ver el chico en todo
esto. El caballo está más tranquilo y lo demuestra en cada carrera, no sale
adelante tan desesperado como antes. Siempre tiene un poquito más. Vamos a
hacer una buena carrera en Maroñas”.
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