Lucas Gaitán se marcha a Arabia Saudita el lunes. El entrenador, que
estaba empezando a hacer su camino para dejar de ser simplemente "el hijo de Gaitán
Dassie”, como referencia inevitable cada vez que se lo leía en los programas de
carreras; el que había encontrado una primera puerta cuando su padre decidió
que podía presentar sus caballos en La Plata, estará este sábado en el
Estrellas Distaff (G 1-2000 m)
con Serenata Huasteca (Easing Along), una de las tres yeguas de Pozo de Luna, y pocas
horas más tarde viajará a Riad, la capital saudita.
“Se nos va, se va a entrenar a Arabia”, dice Alfredo en el sorteo de
partidores en Palermo, sonriendo, sin lamentarse, contento porque su hijo más
chico tiene temprano, a los 25 años, una gran oportunidad para desarrollarse.
“Voy solo”, responde y quizá sorprende Lucas, cuando uno se mete en los
detalles más humanos, y al ahondar sobre si está de novio lo admite pero aclara que las
parejas deben ser un matrimonio para vivir en el Golfo Pérsico. Allí lo
recibirá el Príncipe Abdulaziz bin Ahmad bin Abdulaziz, sobrino del Rey
Salman bin Abdulaziz y propietario de
Athbath Racing, una caballeriza que hasta hace un año y medio preparaba
exclusivamente caballos de raza Árabe y desde entonces se amplió a los sangre
pura de carreras.
“Seguro que le va a ir bien porque es muy inteligente y capaz”, vuelve a
meter baza Alfredo, que llevó a su hijo temprano a la villa hípica de San
Isidro, cuando ya era una presencia habitual en el hipódromo, sobre todo en las
premiaciones. Hace un par de años, el exitoso padre casi debió despedir a su hijo
mayor, Nicolás, que había sido tentado para trabajar en Dubai, algo que
finalmente descartó.
“La verdad es que sé muy poco sobre lo que voy a encontrar allá –revela
Lucas-, tengo que conocer a los caballos; Gustavo Calvente, que corrió a
Miriñaque en Riad, me dijo que la pista es muy buena”. La experiencia del
jockey del tordillo argentino en el King Abdulaziz Racecourse, que pasó varios
días en la capital árabe preparando al ganador del Nacional 2019 para el festival de la
Saudi Cup, fue más allá en los detalles.
Lucas Gaitán está a punto de cruzar
un umbral lejano para aquel chico que jugaba y sonreía tras cada triunfo de su
padre en el hipódromo. Devenido entrenador bien formado, algo de lo que dio
cuenta en cada charla con los cronistas hípicos y confirmó ahora, cuando hizo un
aporte tras otro en el análisis de los caballos del clan Gaitán en las
Estrellas, estará al menos un año moldeando su perfil profesional, en una tentadora
experiencia en el desierto.
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