lunes, 3 de noviembre de 2025

“Doña Vainilla siempre demostró que era la mejor potranca que teníamos”, dijo Manuela Basombrio tras el gran triunfo en el Enrique Acebal (G 1)

 


Segunda victoria de la remadora hija de Il Campione, cuya entrega es notable  



La defensora de San Benito se supera con agallas de una lesión importante y esta vez ganó gracias a su larga atropellada en la antesala para potrancas de la Copa de Plata, en San Isidro; Carmensita fue segunda a ¾ de cuerpo e Invocación tercera, al pescuezo 



La casaca de San Benito se extrañaba en el primer plano de los Grupo 1 y tuvo que ser una potranca que hace de su resiliencia una manera de competir en el más alto nivel, entregando todo para ganar. Y con un jockey, Brian Enrique, que tuvo paciencia para encontrarle el mejor espacio para que desplegara su polenta (la alusión podría ser a la familia materna de Doña Vainilla, pero es absolutamente aleatoria en esta introducción). 

Manuela Basombrio es la regente ad hoc de la divisa de la familia, omnipresente en las carreras y en el stud, con opinión autorizada por lo tanto, aunque se empeña en marcar que no tiene la última palabra.

“Doña Vainilla siempre demostró que era la mejor potranca que teníamos”, cuenta. “Antes de debutar, cada día mostraba algo distinto y cuando debutó en Palermo todo venía mal pero igual corrió bien – 4ª a 9 cuerpos de la Grupo 1 Cálida Sonrisa -, nos quedamos con la espina; después vino a San Isidro y ganó por ocho cuerpos”. 

Sin embargo, en la siguiente, el Clásico Alvear (G 2-1800 m) finallizó séptima. “Tuvo un problema físico y le tocó cancha pesada; corrió mal justificadamente”, explica. “No corre al 100%. Pesa casi 500 kilos y hace todo bien, no se pasa en las partidas, pero siempre va para adelante, es mansa. Al Picante (Rodrigo Enriqu) le encantaba para esta carrera, andaba muy bien, todos le teníamos mucha fe. Esta vez demostró lo que es. Hay un gran trabajo del peón (Ariel) sobre todo, el capataz, el veterinario… es un equipazo”, destaca. 




Manuela no quiere hacer mención a la lesión por la que Doña Vainilla no compite en plenitud. Le avisamos que vamos a recurrir a su padre, Andrés, veterinario al fin, quien comenta que es una cuerda deshilachada la razón. “Es una alegría por papá, porque insistió en que la potranca siguiera corriendo cuando muchos de nosotros opinábamos distinto y la realidad es que está corriendo gracias a él. Nunca habíamos ganado el Acebal y sacar una potranca de este calibre es lo que buscamos. Ella es un sueño”. 

-¿Cuál es la madre?

-Doña Leva, una hija de Orpen y Doña Polenta. Ganó un par de carreras, la teníamos por buena. Esa línea es impresionante.

-Hasta vino tu mamá al hipódromo, hace rato que no la veíamos [casi toda la familia Basombrio estuvo en San Isidro].

-Para que haya venido mamá… por algo fue. Ella quiso venir. 

Y sí, después de años acompañando las carreras de los caballos de San Benito y de un cierto impasse, Pilar Basombrio volvió a acompañar a la caballeriza. Y fue con victoria de Grupo 1, como para que vuelva el hábito, como hace unos años.     






























































  



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