domingo, 6 de octubre de 2024

El triunfo de Acento Final en el Jockey Club: las maniobras innecesarias y los criterios dispersos

 

Celebra Kevin Banegas, ya despegado de Honest Boy 


El caballo conducido por Kevin Banegas se abrió exageradamente en el final y encimó a Honest Boy, lo que generó el reclamo de Brian Enrique, su jockey, demanda que no prosperó



La victoria de Acento Final en el Gran Premio Jockey Club (G 1-2000 m) fue como un deja vu. Hace dos años, Natan quedaba primero después de que El Musical lo arrastrara hacia afuera en el momento de la definición, con el consiguiente reclamo. Esta vez, Acento Final (Treasure Beach) fue el que deslució el final, yéndose hacia su derecha después de dominar hasta la línea por la que atropellaba Honest Boy (Heliostatic). Desde ya, tras conocerse el fallo ahora, las consecuencias no fueron graves como en 2022, con escenas de vandalismo nunca vistas en un hipódromo, pero queda la sensación de que hubo una maniobra innecesaria, que impidió que se dilucidara un ganador intachable, menos discutido.  

Los dos potrillos avanzaron fuerte en la recta final de San Isidro en cuanto se les destapó la vía por la que venían. Acento Final adentro, salió antes con Kevin Banegas up, y Honest Boy, con Brian Enrique, un poco más abierto. Terminaron a más de media cancha los dos, con el movimiento del ganador. Incluso, sobre el disco Enrique levantó las riendas como si hubiera inminencia de contacto.
Reclamó el Picante, pero la demanda fue desestimada. Lo cierto es que la maniobra pudo ser sancionada o no, porque la falta de criterios uniformes habilita decisiones endebles como esta. Cerca del grupo ganador se opinaba que Acento Final, que se impuso por un cuerpo y medio, se había adelantado con luz ante Honest Boy, que seguramente fue la visión de los jueces. Entonces ¿por qué ir a buscar al rival y obligarlo a salir de su línea cuando venía lanzado?
Tras arriarse la bandera amarilla, Fernando Fantini presenta a Pablo Gómez Soffia, propietario de Quick Casablanca y Arturo Cousiño, titular del stud chileno Macul, “que tiene más de 160 años”, revela. Ambos son socios en la propiedad de Acento Final. ¿Están en el grupo de Gran Ascochinga?, pregunta uno. “No, no, no, contestan a coro”. “Somos el lote bueno”, bromean. Y aclaraten que son el ala chilena de los amigos de Fernando Fantini, criador del ganador del Jockey Club en el haras Pozo de Luna. En el stud Gran Ascochinga los socios son argentinos.

“Con Quick Casablanca gané el Latino de 2012, en Palermo”, recuerda Gómez Soffia el Gran Premio Latinoamericano en el que su caballo se impuso ante Expressive Halo (Halo Sunshine), con la chaquetilla de Carillanca. Luego, cuenta Fantini: “La madre de Acento Final, A Tu Salud (por Not For sale y Miss Atorranta), es hermana de Mirta -ganadora del Acebal”, detalla.

“Es un año en el que nos ha ido bien; tenemos a Vundu (por Suggestive Boy, ganador del Estrellas Classic {G 1} y del stud Gran Ascochinga), hemos tenido suerte. Como ya lo dije alguna vez, me rodeo de gente buena y eso ayuda”. El director de Pozo de Luna piensa el futuro de Acento Final con su mentalidad “de exportación”, no sólo para sus caballos sino como un desafío para cualquier caballo sudamericano. Como hizo con Blue Stripe -2a en el Distaff de la Breeders’ Cup-, la chilena Furia Cruzada -compitió en Europa también-, el propio Suggestive Boy, Interaction entre otros.
-Hay que buscar el caballo para llevar a Estados Unidos.
-Acento Final -confía-; vamos a esperar hasta después del Pellegrini. Los caballos que he llevado a Estados Unidos, aparentemente, de la manera que uno los maneja, les ha ido bien.
El cronista recuerda al padre del criador, Fernando Fantini Gatica, que hizo ese camino en los 60 y 70, como propietario y como agente, también con estrechos vínculos en la Argentina. “Mi padre llevó a Estados Unidos a Cougar, que fue el caballo de mayor éxito en Chile, y a Tizna, la yegua de mayor éxito”. Nada menos.
Acento Final es un caballo clásico, que perece encontrar en el medio fondo una distancia para seguir creciendo. Y, quizá, para armar las valijas. 



























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