En su 15° éxito, Labrado volvió a vencer a El Fruto, su rival más importante en este tiempo |
El jockey del mejor velocista de los últimos tres años vivió tan sereno como el más maduro defensor del stud Don Ariel, dos veces ganador del Pellegrini y ahora con tres victorias en Carreras de las Estrellas, tanto en la pista de césped de San Isidro como en la recta porteña
Cuando Labrado ganó su primera Carrera de las Estrellas, el Junior Sprint (G 1-1000) de 2022, en Palermo, era sencillo prever lo que vendría. Once cuerpos de ventaja, diez rivales que con el tiempo-breve- se dejaría de ver en lides clásicas, y una decisión audaz a continuación, cuando sus propietarios fueron al toro y lo midieron con la gran figura de la recta de entonces, Luthier Blues, su hermano paterno, en el Clásico Paraguay (G 3) sobre la misma recta de Palermo de todas sus actuaciones, y le ganó por un cuerpo.
El potrillo de 3 años se había impuesto al consagrado; al favorito de 1,10, en espectaculares 53s90/100. Después, Labrado volvió a adelantarse a Luthier Blues, al dejarlo 3° en el Gran Premio Suipacha (G 1), su primera salida en el césped de San Isidro. El desquite del mayor de estos hijos de Le Blues llegó en marzo, ya en 2023, cuando se llevó el Clásico Irlanda (G 3), de regreso en la recta porteña. Ese fue el último duelo entre ambos, que quedó 2-1 en favor del pupilo de Ángel Bonetto.
El tiempo
de la consolidación de la campaña del defensor del stud Don Ariel como Mejor
Velocista, título que logró en 2022 y 2023 con sendos Pellegrini, tuvo un paso
clave en el Sprint 2024, en San Isidro,
donde prevaleció sobre El Fruto (Il Campione), el que mejores aptitudes
mostraba para desbancarlo este sábado 29. Labrado, con Wilson Moreyra, le cedió
la punta a su enemigo y con un pique desde los 300 lo doblegó por tres cuerpos
en la meta.
“Cada día
se pone mejor”, dice el jockey. “Esta vez estuvo muy manso en la gatera; largó
adelante y pude esperar”. Sobre el remate, contundente como pocas veces,
comentó: “Cada carrera me sorprende con algo nuevo, capaz de venir último en
Palermo y a la siguiente correr cerca”.
Ángel
Bonetto, asistente de Ángel Natividad Bonetto, su padre, presentó al caballo de 4 años criado
en El Paraíso y entra por la puerta que dejó abierta Wilson: “Se tranquilizó
mucho, tiene mejor conducta. Los patrones le dieron un descanso después de
correr en diciembre [3° de Ansia Clara en el Félix de Álzaga Unzué (G 1)] y las
vacaciones le vinieron muy bien, se terminó de acomodar”.
El aire de
Venado Tuerto le cae bien siempre a Labrado y acaso por eso se suele poner
nervioso cuando lo traen a San Isido o Palermo, más que nada en las gateras,
algo que ahora dejó atrás. “Allá trabajó
Luego,
corrió como estaba diagramado. “La orden era venir de atrás, esperar; siempre
ha corrido adelante, pero es otro caballo empezando de menor a mayor”. Bonetto
opina que quizá el desempeño de Labrado en la anterior, el Ciudad de Buenos Aires
(G 1-
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