domingo, 18 de febrero de 2024

Héctor Montoya, cuidador de Señor de Salva: "Me gusta cómo se adaptó al pasto; ya sabemos que puede ganar en San Isidro o Palermo”

 

El defensor del stud El Timo, de Azul, consiguió su primera victoria clásica en el General Viamonte (G 3), sobre la recta de San Isidro, con Jorge Peralta en las riendas y guapeando ante Santos Davos, en un sensacional desenlace




Por media cabeza se impuso Señor de Salva (muserola blanca)


En el Clásico General Viamonte (G 3-1000 m) se juntaron en la primera chapa un jockey que está en su mejor momento profesional y un caballo que está… en el mismo plano. Jorge Peralta ha montado a Señor de Salva (Señor Candy) en las últimas cinco actuaciones de este defensor del stud El Timo, de Azul, y ganaron las tres últimas. Es el primer triunfo clásico del zaino, que superó por media cabeza a Santos Davos (Sebi Halo) después de un sensacional mano a mano que no pudo dirimirse a simple vista.

“Lo tenía que haber corrido en el Encuentro Provincial (Invierno) y no pude. Lo dejé por otro caballo [Giant Along, 7°] y ganó. Después me lo volvieron a dar. Hoy [el sábado] guapeó, me mandaron a traerlo tranquilo y cuando lo puse a correr me respondió”, cuenta Peralta. “Es muy manso; si lo dejás queda atrás de todos. La primera vez que lo corrí, en Palermo, lo dejé que se acomodara solo y quedó muy lejos, por eso no llegó”, reflexiona el jinete de 29 años. “Estoy muy contento, me está yendo muy bien, séque  hay que aprovechar las oportunidades porque no se sabe cuántas veces va a pasar el tren”.

Ahora el que describe es Héctor Montoya, el entrenador de Señor de Salva: “Es un buen caballo, que ganó debutando en Azul y en el Encuentro Provincial de Palermo, siempre a los 2 años. Cuando cambió de categoría, a los 3 años, fue segundo entre ganadores de una”.

Hasta ahí, lo que dice la tabulada. Son demostraciones de un caballo que sirve. “Después tuvo un par de percances y se topó con caballos como Arellano y otros ganadores de clásicos de Grupo, y aunque no corrió como esperábamos no entró lejos”. Allí vino un cambio que ahora ofrece sus frutos. “Lo trajimos al pasto, ganó, y repitió en la recta de Palermo. Entonces quisimos encarar los clásicos”. Su pupilo volvió a entonarse.

Montoya asegura que le tenía confianza a su caballo para esta carrera. Y sobre el jockey, el cuidador revela detalles que explican los cambios: “La idea era que lo corriera siempre Peralta, pero tuvo compromisos y en el Encuentro Provincial lo montó Elías Martínez, que tampoco pudo seguir y vino Gonzalo Borda hasta que se accidentó”. Ahí volvió Peralta.      

“A lo mejor nos perjudicó el desarrollo esta vez por la forma de correr de Señor de Salva, pero ganó guapeando. Ahora sabemos que puede correr en San Isidro o en Palermo; personalmente me gusta cómo se adaptó al pasto”.

Uno no puede evitar preguntarle a Montoya, que entrena en Azul, por su hipódromo. “Es un hipódromo en el que te da gusto cuidar, tiene muy buenas instalaciones, está muy bien manejado y la cancha es muy linda, bien mantenida. La Comisión de Carreras trabaja mucho, pese a que no recibe regularmente la ayuda del Fondo de Reparación”. De allí salió el ganador del Clásico Viamonte y vale destacarlo.




















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