viernes, 8 de septiembre de 2023

Cuando un sueño naufraga en la burocracia inexplicable


La excepcional Belleza de Arteaga no tiene el permiso de exportación temporaria para competir en el Distaff de la Breeders' Cup, un derecho que se ganó en la pista, por razones que no sólo exceden al turf, sino también al sentido común  



Cacho Valenzuela sostiene a Belleza de Arteaga tras uno de sus 11 triunfos


Como suele ocurrir, el turf trasciende las páginas de los medios especializados, sus redes y sus contenidos audiovisuales en general cuando la noticia es negativa. Los títulos ya son lo suficientemente lapidarios para lapidar este deporte. Y nadie que no sea de palo es capaz de escuchar razones. El daño está hecho, por más que sea una mancha más.

Cacho Valenzuela está desconsolado. El sueño de la Breeders’ Cup para su yegua Belleza de Artega se esfuma por una cuestión burocrática que fue explicada a las autoridades de la Aduana, que no entendieron o no quisieron entender. Dos intentos de exportación temporaria llevados adelante por dos firmas distintas, Unicorn y Marovi SA, naufragaron. El primero, porque el ente estatal consideró por debajo de su valor el aforo de 50.000 dólares para una ganadora de tres Grupos 1.

El segundo, en el que esa cifra se elevó a 120.000 dólares, no llegó a buen puerto porque la “división técnica de exportación” la trasladó a la “división valoración” para que opine sobre el valor del animal a exportar justo cuando los dos jefes del área estaban de vacaciones y los suplentes “no estaban muy en tema” (sic) u ocupados en otros menesteres.

Cabe aclarar que el stud Chos Malal, dueño de Belleza de Arteaga, había presentado la documentación en la que constaba la fecha del Distaff (G 1), el clásico que debe correr la yegua el 4 de noviembre en Santa Anita Park, California, y también el primer destino en un centro de entrenamientos de Florida, e incluyó la constancia de contratación de un seguro de caución por 12.000 dólares (el 10% del aforo) que se exigía.

“Nos desayunamos ayer con esto [lo publicaron Infobae y Clarín antes que se notificara a Valenzuela y a Marovi SA]. Hicimos una presentación para ir a correr bajo una exportación temporaria. Su tabla dice que una yegua DE 6 AÑOS DEBE DECLARARSE EN 35.000 DÓLARES. Es raro que se enteraran los medios antes”, cuenta el propietario. Ante el panorama que se avecinaba, trascendió que hasta hubo contactos políticos para destrabar el trámite. “Está todo declarado. No entendemos. La yegua es criada en el haras Juan Antonio [pertenece a Roberto Vignatti, titular de Marovi SA]”, agrega Cacho, relativizando así la necesidad de que su caballeriza se registrara en la Aduana para agilizar los procedimientos al principio.

Un avezado vendedor de caballos al exterior comentó que el valor de 50.000 dólares es para una exportación definitiva, que no era el caso, y que se da la contradicción de que, por ejemplo, la Polla de Potrancas y la Polla de Potrillos se hayan corrido por 10.000 dólares de premio al ganador, pero que su aforo sea de 400.000. “En este país no podés disponer de tus bienes”, concluyó esta fuente.

Aduana prometió solucionar el trámite en breve, pero sus tiempos no son ni parecidos a los que necesita un sangre pura de carreras para aclimatarse a un medio y un hemisferio distintos. Valenzuela tiene una yegua que lo anima a todo, hasta para desestimar una venta en estos días por la proximidad de la aventura de la Breeders’ Cup, pero ahora está en duda su actuación en la carrera que ganaron Bayakoa (dos veces), Paseana y Blue Prize, las únicas no nacidas en los Estados Unidos en conseguir esa hazaña, la última después de obtener el boleto al conquistar el Gran Premio Criadores (G 1), en Palermo.

Si lo que ocurre formara parte del prejuicio o de la negligencia, el turf lo entendería como un azote más. Pero hay cientos de actividades que sufren estos problemas y eso es muy grave.



















3 comentarios:

  1. Injusticia, pero raro por el contacto politico del criador, creeria que esa yegua si viaja no regresa, perjuicio para el propietario, que siempre pierde.

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  2. Es lamentable que todo haya salido mal en este Caso, porque en el medio esta en juego poder seguir exportando caballos. En estas situaciones lo que se da es una cadena de errores, en muchos eslabones por desconocimiento profesional, en otras por avivadas y en otras por simple burocracia del sistema.
    El aforo de los caballos tiene que ser transparentado de una vez por todas (no existe como algo oficial y reglamentado hoy en dia) y el estado no debería obligarte a tributar por una exportación Temporaria, a lo sumo pedirte el seguro de caución por si no vuelve.
    Los Exportadores deberían dejar de JODER con los precios irrisorios, bajo multas o apercibimientos y en esos casos no habría mas colegas de ellos que lo hagan, ni renueven la razón social cada 2 anos para evitar estos cargos.
    Por ultimo un sinceramento de todos no vendría mal, todos sabemos que la yegua esta vendida, y por 20 veces el valor declarado, los periodistas que no lo quieran decir porque expondrían a los dueños los debería mantener al margen de las criticas.
    Quedarian unos párrafos finales para MAROVI SA, el que no sepa del historial y origen de su fortuna es porque no puede googlear a Lanata denunciándolo por contrabando a Venezuela con arreglo de el Min de Produccion de DeVido.

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