Hace un año, el jockey brasileño le ganaba al tordillo del stud Parque Patricios con Zuran Zuran en el máximo clásico de La Plata, y esta vez confiesa que se impuso con uno de los tres mejores caballos que montó en su vida, al que ayudó a tener su desquite
Brilla Miriñaque ante el bueno de Picaflor Letal, en el atardecer platense / Gza. Gustavo Duprat |
No hay
carrera que se gane sin correrla. La máxima del turf que se aplica hace milenios –diría
Savater-, de perogrullo, tiene un montón de variantes, pero Miriñaque parece uno de esos
caballos capaces de sacar de la mente de uno toda posibilidad que no sea su
triunfo. Pueden gustar más o menos cualquiera de sus rivales –esto es turf,
amigos no burreros- pero un animal competitivo de este porte, que agiganta su
figura cada vez que sale a la pista con una vigencia de casi cuatro años, es ganador antes de encontrarse con las gateras.
-(Se ríe
Leandrinho, siente la estocada) Los tres mejores caballos que corrí en mi vida
fueron Miriñaque, Strategos y uno de
Brasil, Kará de Birigui, que vino a correr un Pellegrini pero tenía un lesión
muy grave en la rodilla; con él gané el GP Ipirá y el Jockey Club, donde se
lesionó, era mejor que Veraneio-, y después, Durazzo. Pero hablemos de
Miriñaque.
Sabe dónde
está parado el jockey y quién es el sujeto de la charla, aunque no se juega por uno en la elección.
-Cada vez te llevás mejor con él…
-Con
Miriñaque somos uno solo, tenemos una gran conexión. Estoy muy agradecido
a todo el equipo de María Cristina, los propietarios, se merecen este triunfo.
En el codo se había complicado, vi que el de Wilson se venía floreando y que
era el caballo a vencer, pero cuando entró en el derecho Miriñaque lo alcanzó
en tres saltos y ganó muy bien. Tiene un corazón tremendo, siempre da un
poquito más. Lo puedo traer donde venga cómodo, no tiene problemas con el
desarrollo, va por dentro, por afuera, si tiene que pasar entre dos rivales… Es
un chiquito gigante.
Para Gonçalves, Miriñaque corrió este Dardo Rocha en un momento óptimo. “Llegaba más descansado, muy bien puesto y ganó como se esperaba”, remató. La victoria fue por cuatro cuerpos ante el gran Lagarto Boy (Suggestive Boy), el caballo al que guio maravillosamente en la punta Wilson Moreyra -a él se refería Leandro-, en una táctica acertada del entrenador Jorge Mayansky Neer. Special Dubai (E Dubai) fue tercero a un largo después de retroceder en el codo por una epistaxis bilateral que sufrió por segunda vez en su campaña. Los grandes rivales hacen más brillantes las hazañas de Miriñaque.
En la TV del hipódromo, Tatino Iglesias, propietario del stud Parque Patricios, aprovechó para mencionar por qué quería competir con Miriñaque, además de buscar desquite del segundo puesto de hace un año ante Zuran Zuran (Remote), al que montó... Gonçalves, que ahora sumó su cuarto éxito en el gran premio, tercero consecutivo (Emotion Orpen en 2020 e ídolo Porteño en 2014 completan la lista). Con el tordillo de Tatino había corrido Gustavo Calvente: “Queríamos venir con el caballo a La Plata porque el hipódromo está en una muy buena etapa, volviendo a ser lo que fue, nunca un hipódromo alternativo, sino un hipódromo difícil, donde los caballos corren y Miriñaque merecía ganar en esta pista, para demostrar que es un caballo completo”.
Vaya si corrió agua bajo el puente después de aquel Dardo Rocha de 2021. Miriñaque fue segundo de Village King en el Pellegrini e hizo una segunda excursión, poco fructíera por cierto, por Arabia y Dubai, hasta el regreso y las tres victorias para obtener el Campeonato Palermo de Oro Verde.
Iglesias, que comparte la sociedad con Rafael Pascual, ex presidente de la Cámara de Diputados,
y también el barrio [además de tener un millón de amigos, entre ellos Miguel Jiménez,
titular de Garabo, presente el sábado], está agotando adjetivos, como los
cronistas: “Miriñaque es inmenso, infinito, un caballo de acero, que me cumplió
las ilusiones y los sueños que nunca pensé alcanzar. Vengo de Parque Patricios,
soy de Huracán, que es otra pasión, del fútbol, pero esto me superó, porque veo
la emoción de la gente que me transmite sensaciones que nunca voy a olvidar".
Es cierto
eso, damos fe. ¡Vamos Miriñaque viejo!, gritó Tatino. Gritamos todos.
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