domingo, 7 de agosto de 2022

Cuando el desarrollo hacía más empinada la cuesta, Jazz Seiver se adaptó y atropelló firme y largo, para ganar las Dos Mil Guineas

 
El potrillo de Las Monjitas se acomodó en un trámite que se hizo lento en la punta, sintió la confianza de Adrián Giannetti en la montura y fue consistente para mantener le velocidad en toda la recta de San Isidro e imponerse con luz 



A puro grito celebra Adrián Giannetti, con la chaquetilla de Las Monjitas / Gentileza HSI



El triunfo de Jazz Seiver (Super Saver) en el Gran Premio Dos Mil Guineas (G 1-2000 m) es incuestionable. No es posible achacarle que el hecho de qu supo aprovechar circunstancias favorables, porque su dominio abarcó toda la recta de césped de San Isidro –hay un detalle que explicará su piloto-, y ya se sabe lo extensa que es. El defensor de Las Monjitas corrió “a lo Giannetti”, el estilo que mejor maneja Adrián, su jockey, aunque esta vez fue a apurar su acción un poco más temprano, a la salida del codo.

Firme, sólido, en ese derecho que todos conocen corrió rápido para acercarse a los punteros, Hacer Un Puente (Cosmic Trigger) y Agreeable (Equal Stripes), que habían venido en 26.02 los 400 y 49.64 los 800 sobre pista normal y los sobrepasó en los 300, después de descontar unos seis cuerpos de desventaja. En el disco, Jazz Seiver estableció un cuerpo y medio ante Agreeable y dos a Hacer Un Puente, el 3°.

La pregunta que surge es: ¿Hasta qué punto un desarrollo con poco ritmo es perjudicial o decisivo para un caballo que corre a la expectativa o directamente en el fondo del lote? “Me ayudó mucho que el tren se hizo lento”, confesó Adrián Giannetti, por una suelta que no fue la mejor, repitiendo lo del debut, qyue también terminó en victoria. “Por eso lo animé en el codo y él puso mucho de sí mismo, enseguida estaba con ellos. Se mostró como un potrillo dúctil, manso, que puede correr en cualquier parte del trámite. Puso mucha garra también”, detalló.

El colombiano Camilo Bautista es el dueño del stud Las Monjitas, en sociedad con argentino, Tomás Fernández Llorente. Es una presencia cotidiana en nuestro país y no solo en las carreras, sino también en el polo, aunque ya no tiene a su equipo, del mismo nombre, en el que también supo invertir. Ahora viajó especialmente para presenciar las Dos Mil Guineas. “La cría de polo va muy bien, venimos muy bien, sacamos el reservado Gran Campeón en La Rural, entonces estamos muy contentos”, cuenta para explicar la doble actividad con los caballos.

Pero recuerda: “No hay más equipo en el Abierto de Palermo, desde hace dos años, ya pasó el ciclo. Nos hemos dedicado a la cría y a la venta. Ahora estamos criando en Las Marías, cerca de Pilar, pero solo polo. En las carreras nos dedicamos a comprar y correr”, confirma. “Lo importante es sentir el placer por los caballos. Y estamos muy bien, vienen bien los caballos, creo que estamos en un año muy bonito”.

-¿Tenía reparos por la escasa experiencia de Jazz Seiver?

-No, porque debutó muy bien y venía trabajando en óptimas condiciones. Le tenemos fe al caballo y Dany [Etchechoury] lo viene manejando bien, entonces le tenemos fe.

-Y cuando vio al potrillo atropellar también le habrá tenido fe…

-Claro, claro. Era difícil, pero le teníamos mucha fe, por eso me vine (se ríe fuerte), ya anoche lo había dicho. Les tenemos mucho cariño a las Dos Mil Guineas, ya habíamos ganado con Vespaciano, con Hat Puntano…

No solo es Jazz Seiver el que tiene entusiasmado a Bautista: “Hay varios potrillos, pinta un año lindo para Las Monjitas. Yo creo que lo han manejado bien; Tommy [se refiere a su socio, claro] lo ha manejado bien y Dany es un maestro. Sabe hacer las cosas, el problema puede haber es la falta de paciencia, pero nosotros la hemos tenido”.











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