lunes, 4 de abril de 2022

Lawson, el potrillo con nombre y apellido todo en uno, largó bien y ganó mejor el Clásico Chevalier, para empezar a responder a su fama


Bautizado en honor a un familiar de Victoria y Pablo Duggan, propietarios del haras El Paraíso, el potrillo, que integra un grupo del que se hablaba antes de su debut, se impuso por seis cuerpos; la opinión de su jockey, Eduardo Ortega Pavón, es la más autorizada    


El potrillo del stud Santa Rita despejó una duda y dio varias certezas (Hipódromo de San Isidro) 


El domingo se vio en San Isidro a uno de los mejores potrillos de 2022 ganar el Clásico Raúl y Raúl E. Chevalier (G 2-1400 m): se trata de Lawson (Les Blues), que se impuso por seis cuerpos. Empezaba a caer una lluvia tenue sobre el césped, que no alteró la condición de normal al momento de la largada y el potrillo que entrena Carlos Cardón hizo todo muy sencillo, incluso la suelta, que despertaba incertidumbre porque que en su estreno –esta fue su segunda actuación-, en Palermo, Lawson largó un poco demorado, aunque no le impidió luchar e imponerse por la cabeza.

  Ese día y este domingo 3, lo montó Eduardo Ortega Pavón, que trazó más que una descripción del potrillo y del contexto en el que se desempeña: “La verdad es que el potrillo es muy bueno. Ya le teníamos mucha fe en el debut, cuando ya se hablaba de que era bueno junto con el de Nico Martín Ferro y el de Mamina, y este potrillo había hecho una partida de 46 jugando, en la 4ª”. El jinete paraguayo se refiere al Premio Irisa (1200 m), en Palermo, y a dos rivales: Subsanador (Fortify), el de Martín Ferro, y El Musical (Il Campione), el del stud Mamina.

  “El único problema que tenía el nuestro era que no largaba –continúa Orteguita-; eso fue lo que nos pasó en Palermo, largamos tres cuerpos atrás y después ganó igual, ante dos potrillos buenos: uno salió de perdedor en un clásico [El Musical, segundo a la cabeza, dio espectáculo después en el Clásico Crespo, al ganar por diez cuerpos] y el de Nico el sábado, disparando [El Subasanador salió de perdedor por tres largos en 1500 m, en el Argentino]. Hoy largó muy bien [enfatiza el “muy”]; es ese el único problema que tuvo, porque a la mañana es mansito para trabajar, para mí es un pingo”.

  Luego, Ortega contó detalles del Chevalier: “Los primeros metros lo corrí con los tapones, porque sabía que si largaba bien se me iba a apurar. Con eso se tranquilizó un poquito; cuando entró al derecho le saqué los tapones y se terminó la carrera”. Y siguió con lo más jugoso: “Creo que este potrillo va a llegar a la distancia tranquilamente porque ya en 1200 m ganó de atrás y ahora en 1400 largó para correr adelante pero, como le decía a Cardón (Carlos, el entrenador), es un potrillo bueno, hay que enseñarle a correr. Si era por el cuidador corría adelante (se ríe, pícaro); él los prepara para venir en la punta, pero yo lo traje tranquilito; a estos potrillos que corren tan bien hay que enseñarles”.

  No será la primera vez que el consabido latiguillo al que a veces apelan los cuidadores, al menos ante la prensa, de que dejan el desarrollo librado a lo que decida el jockey una vez que se abren las puertas, puede marcar una tendencia con Lawson. 

  Y en cierta forma se justifica. “El potrillo siempre tuvo lugar para atropellar, sabía que en cuanto arrancara se terminaba la carrera porque lo que hace a la mañana no lo hace cualquier caballo”.

 

TODO QUEDA EN FAMILIA

 

  Ya se sabe, el haras El Paraíso, donde fue criado el ganador del Chevalier, pertenece a Victoria y Pablo Duggan. Y el origen del nombre del potrillo está en estrecha relación con ambos: Inés, hermana de Pablo, está casada con Enrique Lawson, que tiene algo más que un vínculo de afecto con la cabaña fundada por Ernesto Pueyrredón, el padre de Victoria: “El nombre del potrillo es en honor a Enrique y su familia”, cuenta la criadora. “Tenemos yeguas arrendadas con él y su grupo de amigos”, detalla.

  Y añade Victoria sobre La Ñacanina (Alydar’s Groom), la madre de Lawson (el potrillo): “Cumple 25 años en julio y está muy bien para su edad, pero ya este año va para ‘madrina’, merece el descanso. Es madre de Sinalina [Sebi Halo, velocista ganadora de dos Grupo 3], de Itaperina (Intérprete), muy buena madre a su vez, y propia hermana de Lagertha (Le Blues), que mostró condiciones y hoy está en el haras”, entre otros.

“La última cría de La Ñacanina es El Quillay, un hijo Il Campione que se vende ahora”. En efecto, El Quillay, nacido en 2020, integra la lista del Remate Selección de El Paraíso, el 30 de este mes. No van a faltar manos para las ofertas.












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