La cordobesa competirá en el torneo del que que tomarán parte siete jocketas y siete jockeys, en cuatro carreras del programa del viernes que es anticipo de la Saudi Cup
Uno podría pensar que para una jocketa –o un jockey- que ha corrido en Francia, en el máximo nivel del turf del mundo, estar en Riad, la capital de Arabia Saudita, para competir en el espectacular festival de la Saudi Cup, es volver a un medio conocido, con colegas de alto nivel con los que ya pudo medirse, entonces la experiencia es deslumbrante, aunque deja de ser novedosa.
Pero para
Andrea Marinhas es como volver a sorprenderse con lo que empieza a rodearla en
vísperas del International Jockeys Challenge, el campeonato de jinetes al que
fue invitada y que se hará el viernes 25. La cordobesa pasó una temporada
corriendo en Francia con un contrato y ahora se muestra maravillada por todo lo
que está viendo y disfrutando en la previa de un acontecimiento que reúne a
siete jocketas y siete jockeys del mundo.
“Nos
estamos por ir a una fiesta, que la llaman ‘Bajo las Estrellas’, un agasajo
para jockeys, entrenadores y propietarios, y hay que ir de gala, todo un tema
(se ríe)”. La llamada desde Buenos Aires la encuentra a punto de asistir a uno
de los muchos momentos inolvidables que tendrá la travesía. “Acá todo es lujo,
una maravilla, las instalaciones, el mantenimiento de las pistas, el hipódromo,
es increíble”, refuerza.
Claro que
no puede dejar de ver lo que a ojos occidentales llama la atención, aún siendo
situaciones ya conocidas. “Lo que te choca un poco es la cultura, el hecho de
que a determinado horario los árabes rezan o las mujeres deben estar cubiertas.
En mi caso no puedo usar el gimnasio o el spa, tengo que ir a entrenarme al
hipódromo, que queda a un poco más de media hora, pero me arreglo”.
Después, a
lo suyo, por ejemplo la impresión que le causó la pista del Abdulaziz
Racecourse, el escenario de las 16 carreras de la fiesta que repartirá más de 35
millones de dólares en premios. Y aquí también hay detalles que observó
Marinhas: “La cancha es linda, segura, no aparenta ser muy pesada, es la única
en el mundo que tiene viruta entre la arena, para mantener la humedad y los
productos que le agregan para tenerla linda”. Se sabe, casi todo lo que esté a
la intemperie en medio de lo que fue desierto sufre un desgaste, así sea un
piso mineral.
“A la
mañana estuve mirando los entrenamientos y visitamos un haras del rey, al que
justo le corro; en el sorteo me tocó uno de sus caballos. Respecto de eso me
parece que no tuve mucha suerte en el sorteo de montas; los dos que tal vez
tengan más chances están fuera de distancia, así que voy a tener que prestar
atención a ese tema. Pero más allá de la competencia voy a tratar de disfrutarlo,
como lo estoy haciendo”. Son cuatro las carreras del torneo de jinetes, donde
quien obtenga el mayor puntaje, de acuerdo con su clasificación en cada una
–mujer u hombre-, se llevará 100.000 dólares.
Sobre los
colegas con los que se medirá, la jocketa argentina comentó: “Estuve con Christophe
Lemaire, al que conozco de cuando estuve en Francia; charlamos un ratito, y
también estuve con Olivier Peslier, al que también lo conocía de
Francia. A algunas de las chicas las vi, pero todavía no estuve con ellas”.
Lemaire se destaca hoy en Japón, donde es una estrella.
Le quedan
varias horas en Arabia a Andrea, horas que incluyen las competencias por las
cuales viajó hasta Riad, pero a esta altura parecen un plato más en el combo de
manjares: “Es una experiencia hermosa, donde veo gente que admiro. Estoy un
poco cansada porque el viaje fue muy largo, pero todo es increíble”, enfatiza y
a la distancia se le adivina una sonrisa.
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